Aquino ha recordado que, como él mismo ha reconocido, “hacen falta al menos 80 millones para culminar la obra civil del tranvía, mucho más si lo que pretende es que empiece a funcionar” por lo que ha calificado de “estafa” el anuncio de Limones del reinicio de las obras con una dotación que no llega ni al 5% del presupuesto necesario.

La portavoz del PA ha pedido al alcalde socialista “que sea serio y deje de engañar a los vecinos y empresarios de Alcalá, porque con cuatro millones a duras penas pagará las deudas generadas por su abandono” al tiempo que ha añadido que “la única excavadora que moverá con esa enmienda a los presupuestos andaluces será la que cuelgue un cartel con el que fotografiarse a las puertas de las que serán sus últimas elecciones como alcalde de Alcalá”.

Para la líder andalucista “un buen alcalde hablaría claro a los vecinos de Alcalá y le diría que con cuatro millones de euros el tranvía seguirá parado igual que hoy. Es más, un buen alcalde destinaría esa cifra a terminar la carretera a Dos Hermanas, donde sería más útil que emplearlo en humo y boato. Pero hoy vuelve a demostrarse que Limones no es un buen alcalde, y prefiere hacerse una foto con un cartel de cuatro millones, para poder volver a engañar a los vecinos de Alcalá de Guadaíra”.

Los andalucistas han reiterado sus demandas con la Junta, a la que piden “una dotación presupuestaria suficiente para retomar con seriedad las obras, tanto del tranvía como de la carretera de Dos Hermanas, para que los conductores dejen de jugarse la vida a diario en esta vía en precario”.

“Frente a lo que debería hacer un buen alcalde, Limones sigue confundiendo y engañando a Alcalá, en lugar de enfrentarse a la realidad y reconocer la falta de apoyo de la Junta a Alcalá” apunta Lola Aquino, quien considera que los vecinos de Alcalá volvemos a ver cómo el PSOE pone una vez más su interés electoral por encima de Alcalá”.

Finalmente Aquino espera “responsabilidad y cordura por parte de la Junta de Andalucía porque “destinar sólo el 5% de lo necesario huele a un intento desesperado de salvar la caída libre de Limones en Alcalá”.