En la Plaza del Duque se concentran varios de estos robos. A principios de enero, le tocó a la Heladería Dolce Vita. Fueron tres personas. Una vigilaba fuera; otras dos forzaron la reja de entrada. Accedieron al interior y en apenas medio minuto uno descolgó el televisor y otro se llevó la caja donde estaba la recaudación del día. Llevaban pasamontañas y guantes. Es posible que lo hubieran intentado antes, ya que el propietario del establecimiento encontró en otra ocasión que habían intentado partir el cristal sin haberlo logrado.

En otro de los bares de la plaza también han sufrido varios robos en los últimos meses y en una vivienda, sus propietarios se sobresaltaron en plena noche al escuchar los ruidos provocados por una persona que había entrado en su casa por la azotea. Afortunadamente al dar la alarma el ladrón se dio a la fuga. En la calle José Lafita se produjo hace poco asalto a plena luz del día. Dos jóvenes en una motocicleta le robaron el portátil a una chica en la puerta de su casa, para lo que emplearon gran violencia.

Otro asalto también a plena luz del día se produjo en un garaje de la calle La Plata. El propietario de una administración de loterías fue amordazado y le colocaron una capucha cuando entró a recoger su coche. Le robaron la recaudación y lo dejaron con las manos atadas, si bien pudo liberarse por sus propios medios.

Las monjas de Santa Clara han sido objeto de dos intentos de robos. Ellas mismas detectaron la presencia de alguien en el interior del cenobio y dieron la alarma. En una de las ocasiones fueron auxiliadas por las personas que se encontraban en la Casa Hermandad de Jesús, que llegaron a ver al asaltante huyendo.

En la Plaza Cervantes hay un estanco donde también han robado en dos ocasiones y en la Plaza del Barrero, tuvo lugar a finales de noviembre un espectacular robo. Cinco ladrones destrozaron a martillazos el cristal blindado de una tienda de telefonía. Fue un sábado a la 1 de madrugada. El ruido alertó a los vecinos y muchos de ellos pudieron ver en directo como en pocos segundos cargaron en un coche los teléfonos móviles que había en la tienda y un ordenador y se marcharon a gran velocidad.