La organización empleaba dos naves en Alcalá para realizar todo el proceso de producción y distribución de la picadura. Almacenaban gran cantidad de hojas de tabaco que convertían en picadura para lo que disponían de gran cantidad de maquinaria. Según la Agencia Tributaria, el valor de la maquinaria intervenida alcanza los 400.000 euros. Está por definir el valor de lo defraudado, pero se estima que puede alcanzar los 8 millones de euros.

A los ocho detenidos se les imputan presuntos delitos de contrabando y contra la salud pública, mientras que la investigación continúa abierta y no se descartan nuevas detenciones.

Las dos naves de Alcalá eran el centro de un complejo sistema operativo que en el momento de la intervención policial se encontraba a pleno rendimiento. De hecho había varias personas manipulando tabaco en su interior cuando entró la policía.

Las hojas de tabaco que empleaban tenían procedencia muy diversa. Las había de España, de países de la UE como Polonia y de otros como Zimbawe, Mozambique, Brasil o Malawi. Todo este material estaba en unas condiciones higiénicas lamentables.

Después de pesarlas y embolsarlas se camuflaban en cajas de otros productos como jamones o embutidos para su distribución. Las ventas se hacían por canales on line, a pesar de que en España está prohibida la venta de tabaco por Internet.

Junto al tabaco también vendían maquinas de picado manual de las que usan los consumidores finalistas para preparar sus cigarrillos. Disponían de más de 6.000 unidades. Para poner en marcha todo el sistema contaban con numerosos equipos informáticos y con personas que se encargaban de registrar los pedidos, contactar con proveedores y clientes e incluso elaborar facturas que daban apariencia de legalidad a la actividad. Además simulaban una actividad lícita de distribución de hoja de tabaco.

Todo el proceso se realizaba en unas naves sin las mínimas medidas de seguridad para las personas que  allí trabajaban o con evidentes incumplimientos de las medidas necesarias para la manipulación de productos de consumo humano.

Era una organización compleja y bien estudiada. Ya anteriormente la Agencia Tributaria habían iniciado actuaciones de comprobación por parte de Vigilancia Aduanera en colaboración con los servicios de Inspección Financiera y Tributaria de la Delegación Especial de la AEAT en Andalucía, Ceuta y Melilla sobre la actividad de la entidad y su administrador, con el fin de determinar la actividad de la entidad y su administrador, con el fin de determinar la actividad real de la empresa, posibles testaferros, gestión efectiva y vinculaciones con otras sociedades.

A través de estas investigaciones se pudo conocer gran parte del entramado societario dispuesto para la simulación del negocio, así como los inmuebles vinculados a las actividades de la empresa. Ya se habían incoado también varios expedientes administrativos por infracciones de contrabando por la comercialización ilícita de hojas de tabaco picado en establecimientos de venta al por menor titularidad de la organización. En todas estas ocasiones, se habían acordado y ejecutado cierres temporales de dichos establecimiento dentro del marco establecido por la normativa de contrabando que habían llegado a alcanzar hasta un año de clausura de los mismos.

El pasado mes de junio la Policía Nacional se incautó de más de 500.000 cajetillas de tabaco en otra nave de Alcalá, en esta ocasión en el polígono Bansur, junto a Torreblanca. En la operación se detuvo a una persona.