Actualidad - 24/09/2017
Es un ave originaria de África y Asia se ha aclimatado a la zona y no deja de crecer. Provoca problema a especies autóctonas y a los cultivos
La invasión de las cotorras llega a Alcalá
Autor:
Alberto Mallado
La invasión de las cotorras llega a Alcalá
Puede que las hayan visto por el Parque o por la zona del Duque, y es más probable que las hayan oído, ya que es un ave muy ruidosa. Son cotorras de Kramer, una especie invasora que se ha aclimatado a nuevos hábitats con gran éxito y que entra en competencia con otros animales autóctonos entre los que puede causar estragos.

Esta cotorra es un ave ciertamente hermosa, de color  verde brillante y buen porte, vuelan en grupo y anidan en oquedades. Son originarias de África y Asia y han sido comercializadas tradicionalmente como aves de compañía. Este es el origen de las que vemos ahora en un lugar que no les corresponde, ejemplares escapados o liberados que se han adaptado a la perfección a nuestro hábitat y que no dejan de crecer. Antes que a Alcalá han proliferado en Sevilla, donde ya se consideran un problema y se estudian medidas para limitar o erradicar sus poblaciones.

En Alcalá hay colonias en el Parque y también en la zona del Duque. Ambas ubicaciones responden a lugares en los que pueden encontrar sitio donde anidar. En el Parque en las oquedades de los árboles, en el Duque en los huecos de la iglesia de Santiago o incluso en los conductos de ventilación de las cocinas de los bloques de pisos, donde se han visto entrar y salir.

El problema es que esta ubicación para sus  nidos coincide con el de otras especies autóctona. Es el caso de los cernícalos primilla, una ave muy interesante y de la que existe una colonia en la iglesia de Santiago. También de especies de murciélagos, como el Noctúlo gigante que anidan en huecos de los árboles o incluso de las palomas. En el caso de este último se ha constatado en Sevilla un descenso del 60 por ciento de la población en los últimos años.

Para la agricultura también pueden llegar a convertirse en un problema en caso de proliferar. Un análisis realizado por el Zoosanitario de Sevilla estima pérdidas de un 10 por ciento en cultivos de girasol localizados en la periferia del Campus de la Universidad Pablo de Olavide y en la zona de Santiponce por las cotorras de Kramer. También fueron detectados daños ocasionados a diferentes cultivos de frutales.

Entre los efectos negativos de su proliferación también figuran que suponen un riesgo para la salud por la transmisión de enfermedades y el deterioro que su anidamiento provoca en los árboles.

En Sevilla se han planteado la adopción de medidas para limitar su población y en ciudades como Zaragoza o Leganés se ha procedido a su caza selectiva para sacrificarlas.

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