Actualidad - 16/02/2018
Debate sobre el estado de la ciudad
La oposición no logra armar el discurso de la moción de censura
Autor:
Alberto Mallado
La oposición no logra armar el discurso de la moción de censura
El PSOE sale con pocos daños del debate sobre el estado de la ciudad que había pedido una oposición que se perdió en los detalles, sin desarrollar un argumentario claro sobre los motivos para una moción de censura. Al final incluso hubo unanimidad en la votación.

El pleno solicitado por la oposición sobre el estado de la ciudad se celebró con la música de fondo de una moción de censura  al gobierno local. Esta última medida admite dos vías para ejecutarse. Una es presentarla sin avisar, no anunciarla, ni barruntarla ni amenazar con ella. La otra es armar un discurso que la sostenga y luego presentarla. Esta es la fórmula elegida y el pleno extraordinario de ayer parecía  que debía ser el lugar donde exponer motivos que días después conduzcan a la moción. Pero en este objetivo, la cita se salda sin que la oposición haya logrado exponer un discurso sólido que desemboque en una medida tan grave como una moción de censura. Eso sí es que todos los partidos de la oposición están dispuestos a seguir adelante con ella, algo que está por ver. Al menos el tono del pleno de ayer no fue el barrunto de algo tan grave como una moción de censura.

La sesión comenzó con la intervención del portavoz socialista Gómez Menacho. Desgranó logros del gobierno de Ana Isabel Jiménez, fue a atajar el argumento de la parálisis municipal, anunció que están realizando un presupuesto y que han presentado una oferta pública de empleo, dos de las demandas de la oposición. Luego cada uno de los portavoces y los ediles no adscritos, salvo Ester Ruiz, que no estuvo presente. En total siete intervenciones. Larguísimas intervenciones, que llevaron el Pleno hasta las doce de la noche y porque el secretario advirtió de que la sesión debe finalizar el mismo día que comienza. En esas extensas intervenciones la oposición se perdió en un batiburrillo de reclamaciones, demandas y cuestiones ideológicas ajenas a Alcalá.

En la suma de los discursos se habló de todo y de nada con demasiada concrección. Las necesidades puntuales de arreglos urbanos en un lugar concreto se mezclaron con los grandes datos que pudieran justificar la gravedad de la petición del pleno extraordinario. Se habló de mucho, hasta del cambio climático y del uso de pintura no degradable para señalizar una prueba deportiva. Pero la oposición no supo centrar el mensaje, subrayar los datos que le servían para socabar al gobierno. Salvo María Fernández de IU, no se dibujó un mapa general de los problemas de la ciudad, añadiéndoles la perspectiva de que muchos de ellos se prolongan durante décadas. El índice del 30 por ciento de pobreza anclada o el porcentaje de paro sólo se nombraron de pasada, perdidos en un maremagnum de cuestiones. La portavoz del PP, Rodríguez Hornillo, sí atendió algo más a lo general al criticar la falta de un modelo de ciudad o la ausencia de proyectos de inversión en la ciudad, pero no ahondó en esas cuestiones.

Jesica Garrote atacó con la situación del personal municipal y con la del PSOE. Juan Luis Rodríguez también con las carencias de personal y con la falta de garantía de necesidades básicas de parte de la población. Rosa Carro, de Ciudadanos, realizó un discurso de los más duros, sin perderse en la anécdota, error común en el resto de las intervenciones. Lola Aquino puso el dedo en una llaga en la que nadie más hurgó a pesar de que podría ser un argumento de peso: como siendo "la reserva industrial de Andalucía, Alcalá tiene el paro tan elevado que padece". Por Alcalá Puede, Pedro Nieto utilizó el discurso de investidura de la alcaldesa para ponerlo en el espejo de los incumplimientos.

Todo ello transcurrió en un ambiente sosegado, casi bucólico para la gravedad de un pleno extraordinario como este. La oposición cometió el error de comerse el tiempo en intervenciones larguísimas, en lugar de entrar en réplicas con el portavoz socialista, donde hubieran tenido la ventaja de un siete contra uno. El único choque se produjo entre Gómez Menacho y Jésica Garrote, a cuenta del apoyo municipal al parkour (una disciplina físico-deportiva). Por el PSOE Gómez Menacho tiene el perfil perfecto para el día de ayer. No se crispa, es sosegado y reflexivo. No entró al trapo. Se puso el impermeable y aguantó el chaparrón. No añadió argumentos a una oposición que había criticado al gobierno su autoritarismo o su incapacidad para el diálogo.

Al final se votó la propuesta que llevaba la oposición y que consistía basicamente en instar a la alcaldesa a realizar un presupuesto y a ejecutar una oferta pública de empleo. Se lo pusieron tan fácil, que hasta el PSOE votó a favor y se aprobó por unanimadad. Así lo que debía ser una noche de enfrentamiento que preludiara una ruptura definitiva entre gobierno y oposición, terminó con todos votando al unísono.

 

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