El 2 de diciembre de 2018 ya está marcado de negro en los calendarios de los socialistas andaluces y alcalareños como el día en el que obtuvieron el peor resultado de la historia del PSOE. Un análisis preliminar de los datos disponibles en Andalucía y Alcalá de Guadaíra nos permite identificar tres claves principales de esta derrota histórica.

La primera clave para entender el resultado de las elecciones es la abstención. En todas las legislaturas anteriores, la participación política en Alcalá ha estado muy cerca a la media andaluza. En este caso, las elecciones de diciembre de 2018 han sido las segundas con menos participación desde 1982, año de constitución del primer parlamento andaluz

Como vemos en el gráfico anterior, sólo un 58,65 % del censo ha participado en las pasadas elecciones lo que supone que más de dos millones de andaluces no han ejercido su derecho a voto. En Alcalá, la cifra de participación es aún menor (56,44 %) y baja en más de 7 puntos con respecto a las elecciones de 2015. A priori, los datos parecen indican que la alta abstención se ha concentrado en los votantes socialistas que esta vez han decidido no apoyar a Susana Díaz.

Comparando los resultados de las andaluzas de 2015 y 2018 en Alcalá se percibe una fuerte caída de los dos principales partidos de la izquierda. Sin embargo, se observa una movilización récord en el bloque de derechas. Esta es precisamente la segunda clave: la movilización de los votantes más escorados ideológicamente a la derecha.

Mientras que el PSOE pierde más de 4.000 votos (es decir, un tercio menos de los votos de 2015), la confluencia de Adelante Andalucía no consigue alcanzar a los 6.000 votantes, muy lejos de los 9.396 que sumaba Podemos e Izquierda Unida en 2015. Por su parte, el Partido Popular pierde aproximadamente 2.000 votantes. Sin embargo, Ciudadanos mejora considerablemente su resultado con 2.500 votos más y Vox irrumpe con fuerza llegando a los 3.397 votos. Es decir, mientras que la izquierda pierde alrededor de 7.000 votos, el saldo del bloque de derechas (PP, Ciudadanos y Vox) suma un total de 13.823 votos.

Y esto es un dato relevante a tener en cuenta para las elecciones municipales que vienen: nunca antes la suma de las formaciones ideológicamente de derechas habían conseguido sumar más votos que el Partido Socialista en Alcalá de Guadaíra.  Desde 1982 el PSOE gobierna tanto en Andalucía como en Alcalá de Guadaíra. Esta es la tercera clave para entender los resultados: el desgaste de tantos años de gobierno ha provocado cosechar el peor resultado de la historia del PSOE a nivel municipal y regional.

El gráfico muestra que en 1994 el PSOE obtuvo en Alcalá un porcentaje de voto válido menor que la media andaluza. Desde entonces, y con la llegada de Antonio Gutiérrez Limones a la secretaría general del PSOE alcalareño un año después, los resultados de Alcalá siempre han estado por encima de la media del resto de Andalucía. Sin embargo, en los pasados comicios del 2 de diciembre, los primeros encabezados por Ana Isabel como alcaldesa, los resultados electorales del PSOE en Alcalá son por primera vez ligeramente peores que los cosechados en el total de Andalucía ( 27,6 frente a 27,9).

En definitiva, sólo Ciudadanos y Vox mejoran sus resultados con respecto a 2015 mientras que PSOE,  PP y Adelante Andalucía se sitúan en su suelo electoral. Además, el voto en blanco y el voto nulo, principales herramientas del “voto protesta” se sitúan en máximos históricos, alcanzando el 2,36% y 2,84% respectivamente. El mensaje parece claro, la respuesta que ante esta situación excepcional puedan dar los políticos locales aún es una incógnita.