Los problemas comenzaron el 2 de mayo de 2010. Ese día falleció la hermana de Juana, Joaquina, con la que ella no tenía contacto y fue enterrada en un nicho del cementerio de cementerio Parcemasa San Gabriel de Málaga. Pero tanto en la lápida como en la documentación fue registrado el fallecimiento a nombre de Juana.

Desde entonces cualquier trámite ante la administración se convierte en un problema, tampoco puede por ejemplo pedir un préstamo., ya que su nombre figura como fallecida.

Juana inició un proceso legal para revertir esta situación y volver a figurar como persona viva en los registros oficiales. No ha sido fácil, pero ahora el juzgado de instrucción número 2 de Málaga ha emitido un auto en el que certifica que la persona enterrada en el nicho con el nombre de Juana es en realidad su hermana.

Para ello ha sido necesario incluso extraer ADN al cadáver enterrado y compararlo con el del hijo biológico de la fallecida.  Los expertos del  Instituto Toxicológico de Sevilla no mostraron dudas en que así era.

Ahora queda dilucidar porque se cambió el nombre de la fallecida, ya puede tratarse de un caso de usurpación de identidad.