El poeta sevillano llevó a Término “La Llave Misteriosa” que abre las puertas de una poética oculta durante mucho tiempo y por muy pocos conquistada. La poética de un flamenco auténtico que, como dijo el profesor Suárez Japón en su presentación, se despoja tanto de los tópicos como de la erudición para llegar a la esencia de un arte mucho más profundo y verdadero.

El acto conjugó con exquisito equilibrio la lectura por parte de Lutgardo García de poemas palpitantes de historia con el cante de Edu Hidalgo y el toque a la guitarra de Liam.

Entre soleares, alegrías, bulerías y seguiriyas, se filtraron, como el vino de Jerez que encendió los rostros y caldeó el ambiente de una estancia en la que ya proscenio y patio de butacas eran todo uno, los versos de una Queja portentosa en la que Rilke le sigue los pasos a Juanito Mojama en un vals imposible: “La mañana fue un ir desde el libro de Rilke / a la voz amarilla de Juanito Mojama”. O en la que descubrimos el misterio de La llave de oro en las manos del Nitri. O nos lleva a Córdoba, mayo de 1962 cuando “Por el viejo cerrojo de la noche, / se oyó la voz de Homero cantando su Odisea”.