El pacto ha sido ratificado este miércoles por las asambleas de trabajadores por 60 votos a favor, 11 en contra y 2 en blanco en la asamblea de trabajadores de la factoría de Alcalá de Guadaíra. En Alcalá de Henares se aprueba por 38 votos a favor y uno en contra.

El acuerdo contempla un plan de prejubilaciones que complementa la prestación de desempleo para los trabajadores hasta el 80 por ciento del salario neto, hasta la edad mínima de acceso a la jubilación anticipada en el marco legal vigente actual, para todos los trabajadores afectados que tengan entre 54 años o más.

Para los trabajadores con 59 años el plan se amplía hasta los 62 años y 63,5 años para los trabajadores que tuvieran 61 años en el momento de presentación del despido colectivo. Además tendrán una indemnización adicional de 20.000 euros.

El acuerdo contempla también indemnizaciones para los trabajadores afectados, no incluidos en el colectivo de prejubilaciones. Se establece para ellos 42 días de salario por año de servicio con un límite de 32 mensualidades más una cantidad a tanto alzado dependiendo de la antigüedad.

Como alternativa a las prejubilaciones e indemnizaciones pactadas se ofrece la posibilidad de recolocar hasta 66 trabajadores en el centro de trabajadores de Roca en Burgos.

Los trabajadores que se acojan al traslado tendrán derecho a percibir ayudas de la empresa para el alquiler y la mudanza, así como un período de hasta 15 meses para renunciar a la recolocación y acogerse a las indemnizaciones pactadas y citadas con anterioridad.

El Comité de Empresa afirma que ha llegado a este acuerdo «después de darnos cuenta de que, tras todo lo vivido, nuestra lucha estaba perdida, por lo que la idea era intentar alcanzar el acuerdo menos traumático posible para los trabajadores». A partir de ahora, el acuerdo tiene que plasmarse en un documento para firmarlo este jueves y la empresa deberá presentarlo en un plazo de 15 días ante las autoridades laborales pertinentes. Los despidos se harían así efectivos a principios de agosto.

Los trabajadores consideran que se han visto «solos» en su lucha, pues "tanto Junta como Gobierno han mirado para otro lado y tras haber tumbado dos ERE consecutivos de Roca y ver cómo se presentaba un tercer ERE, hemos visto que era una lucha contra molinos de viento". Consideran que "el único apoyo incondicional que hemos tenido ha sido el del alcalde de Alcalá de Guadaíra, Antonio Gutiérrez Limones".