La Virgen en una procesión histórica por cumplirse los 125 años de la creación de la hermandad, configuró las hermosas estampas a las que nos tiene acostumbrados: con el sol declinante de la salida, en la bajada entre dos luces de la cuesta, a la llegada a Santiago donde la esperaba gran cantidad de público, en la esquina del Ayuntamiento donde se desplegó un castillo de fuegos artificiales, en el recorrido triunfal por la calle que luce su nombre o en la parte más recogida de la procesión por la calle Alcalá y Orti y la subida al Águila.

Imágenes que perviven en los alcalareños y que forman parte del patrimonio de estampas con las que se configura la identidad del pueblo.