Opinión - 25/06/2015
"Atención, que viene el segundo asalto". Francisco Rubio
Autor:
Francisco Rubio

Una vez pasada la resaca del primer asalto del combate por el Gobierno Municipal de nuestra ciudad, y que ganó a los puntos el invicto aspirante Limones, ya investido como alcalde de Alcalá tras el Pleno del sábado 13, queda un segundo asalto no menos importante que el primero y que, por la configuración demoníaca de este Pleno de Alcalá, se antoja, cuando menos, interesante.

Antes de explicar porqué el desarrollo de este segundo asalto se espera con impaciencia  y expectación por todos, hablemos un poco, someramente se entiende, de cómo se gobierna un Ayuntamiento.

Un Ayuntamiento básicamente es una institución de “mando”, en un Ayuntamiento se manda, y un Ayuntamiento manda —por eso se habla de “Mandato” y no de Legislatura al periodo entre elecciones municipales—; y en un Ayuntamiento, quien más manda es el Alcalde (por favor no confundir con el “mandamás”).

El Peno Municipal (donde debaten y deciden el total de concejales) también manda, es decir, tiene competencias para decidir en determinados asuntos, como por ejemplo la elección del alcalde o la aprobación de ordenanzas.

Si volvemos al alcalde, éste puede “delegar” algunas competencias -otorgar capacidad de mando-, ya sea en otros concejales —lo que se denomina Concejal-Delegado de…—, en la Junta de Gobierno, o, incluso, en el propio Pleno;  aunque esto último es difícil que ocurra, como es obvio.

El segundo asalto comienza con las resoluciones del Alcalde nombrando a determinados concejales, evidentemente de su propio partido, como Delegados de Cultura, Urbanismo, Hacienda, etc., en función de la estructura orgánica que desea implantar en el Ayuntamiento.

Continúa con la toma de medidas para dotar de recursos económicos a esos concejales delegados, es decir, las “liberaciones”, el dinero, y es aquí cuando nos encontramos con el intríngulis del problema, porque el Alcalde puede nombrar concejales delegados, pero es el Pleno el que aprueba quién o quiénes cobrarán del Ayuntamiento por su dedicación al mismo, y al día de hoy el alcalde no tiene mayoría en el pleno.

Por tanto, en sí, ¿cuál es, o se espera que sea, el segundo asalto?: pues no será otro que aquél que vendrá a poner en liza las negociaciones sobre los recursos técnicos y económicos que tendrán que sustentar al Gobierno Local y a los Grupos de la Oposición —liberados, personal de confianza, asignaciones económicas directas a los grupos, despachos, teléfonos móviles, etc.—. Estas negociaciones concluyen en lo que se denomina “Pleno de Organización”, donde el Alcalde informa a los miembros de la corporación de cuál es su gobierno; y por otro lado se aprueban, necesariamente por mayoría, los recursos que la institución va a poner en manos de los concejales, gobierno y oposición para desempeñar su trabajo.

Es fácil entender que con un gobierno sustentado por solo nueve concejales de veinticinco, éste deberá hacer muchas “maniobras” para que el resto de concejales le apruebe su propuesta de organización municipal, hay que recordar que el sueldo del alcalde se decide en este pleno. Y por otro lado, con una oposición en mayoría, habrá una tentación más que alta para “exigir” del alcalde un mayor compromiso con los recursos de la oposición.  Es decir, Limones deberá “ofrecer” algo al resto de concejales para que le aprueben sus propuestas en materia de organizativa (dinero, básicamente). 

Evidentemente ya ha comenzado una segunda partida de ajedrez —más bien varias partidas—;  las reuniones ya se están produciendo, las ofertas están sobre la mesa, e incluso en la prensa. Pero, a diferencia de la anterior, donde hubo un claro ganador y algunos perdedores, en ésta se vaticina que más bien habrá tablas, unas tablas que convengan a la mayoría, o por lo menos a una serie de concejales mayoritarios.

Para conseguir tablas, Limones deberá ser generoso ante una oposición mayoritaria, pero la oposición no podrá tirar totalmente de la cuerda, ya que se ha jactado durante toda la campaña electoral de sus propuestas de reducción drástica de los gastos políticos en el Ayuntamiento. Y, en esta línea, no debemos olvidar que habrá dos grupos municipales más en el consistorio: dos despachos más como mínimo, y habrá que ver qué pasa con el personal de confianza.

Otra opción de Limones, difícil pero no imposible, es seguir aunando apoyos, como los conseguidos en su investidura, pasando del mero voto afirmativo a labores de gobierno. Si esto, además, lo amplía a otros grupos de la oposición, la partida volverá a tener ganadores y perdedores.  En este caso será determinante la debilidad (política, económica, apoyos), de cada jugador, ya que puede que sea determinante a la hora de poder llegar acuerdos bilaterales.

Sea lo que fuere, en unas semanas lo veremos. Con la culminación de este Pleno de Organización, se habrá configurado, definitivamente, tanto el Gobierno como la Oposición Municipal, y el Ayuntamiento podrá retomar su normal actividad, que falta le hace. Lo que sería deseable es que el resultado del Pleno, así como el desarrollo de las partidas previas, sea más transparente y no tan extraño como el resultado del último, donde hay muchos que todavía no entendemos qué pasó.

 

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