Sociedad - 27/06/2016
Textos ganadores del I Concurso Literario "Tortas de Alcalá"
Autor:
Redacción
Textos ganadores del I Concurso Literario
Reyes Bernal León, ganadora del concurso en la categoría de relato

 

 

Relato ganador del Concurso Literario de las Tortas de Alcalá.

Autora: Reyes Bernal Navarro.

“…Y EL BURRITO MATEO VENCIÓ AL DRAGÓN”

Como cada amanecida, Mateo se disponía a llevar el pan en su angarilla., junto a su fiel compañero, Rafael. Mateo era un burrito bueno, fiel y cariñoso, amaba su trabajo, el reparto del pan de su pueblo, Alcalá, a la cercana Sevilla. Así pasaba el burrito los días, pero algo había en el corazón de Mateo que lo hacía muy infeliz. Llevaban tiempo en Alcalá asustados por la figura de un dragón, que sacudía con su enorme cola todos los árboles del precioso parque que rodeaba al bonito pueblo. Los niños corrían cuando lo veían tan enorme, y sin parar de echar fuego por la boca-

Un día, ya de vuelta del reparto del pan, Mateo vio al dragón a la altura de la Venta de la Liebre, y le preguntó que por qué los asustaba. Le ofreció pan de su angarilla, pero el dragón lo rechazaba. El dragón, llamado Centinela, le contó su verdadera historia, el motivo de su agresividad y de su maldad. Él perdió el amor verdadero cuando encerraron en una torre a su amada sultana, llamada Águila, y la perdió para siempre. Desde entonces vagaba confuso, no dormía, no comía. En su vida no había nada que lo consolara, como su amada Águila y unos dulces que esta le daba para alimentarlo y tranquilizarlo. Eran unas tortas, cuya receta estaba escondida en el fondo de la mazmorra más grande del castillo. Matero descubrió el secreto de la maldad del dragón, y como era tan bueno se fue a buscar la receta del dulce. Trepó por la ladera del castillo y entró en la oscura mazmorra. Con siete cadenas estaba la receta escondida. Mateo fue partiendo cadena tras cadena, hasta que dio con un papel finito donde andaban escrita la preciada fórmula. El burrito cogió el papel y se fue corriendo a la panadería más cercana de las cincuenta que había. Les explicó a los horneros todo lo acontecido, y se pusieron manos a la obra. Tenían que devolverle la tranquilidad y la felicidad a su amado pueblo, y librarlos por siempre jamás del monstruoso dragón.

Harina, manteca de cerdo, agua, azúcar, canela y ajonjolí. Fáciles ingredientes, pero hacían falta manos especiales para darle a la masa su gracia. Y algo muy importante, mucho amor. Salieron del horno de leña unas tortas finísimas, muy dulces, que se deshacían en la boca. Era el manjar de los dioses o, mejor aún, el manjar del dragón. El burrito Mateo, con su angarilla llena de tortas, fue a buscar a Centinela, el dragón, y le dio tantas que su apetito quedó saciado.

Desde entonces, cuentan todos los confiteros de Alcalá que el dragón se hizo tan bueno que desde ese día permanece dormitando en la ladera del castillo, cuidando de que ningún peligro aceche la vida de los alcalareños y alcalareñas. El burrito Mateo lleva tortas en su angarilla, que, a raíz de la leyenda, son conocidas como las famosas Tortas del Alcalá. A veces descansa en la rotonda de San Francisco, mirando hacia Sevilla. Cuando llega al puente ya no lleva tortas, se han terminado por el camino.

Todo esto es verdad verdadera.

Continuará…

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Categoría: "Piropo a la Torta de Alcalá"

Primer premio: Susana Martínez

“Misterios de oro”

Lleva impregnado el aroma
de leña de viejos hornos,
y cuatro misterios de oro
se adivinan repartidos
sobre un desierto nevado:
cuando tus manos lo busquen
va a deshacerse en pedazos.
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Accésit: Bernardo Bono

Vienes a convocarnos
en torno a tu aureola,
morena de piel fina,
sustancia de las formas,
y al prenderte dulcemente entre las manos,
en aromas viejos de desmoronas
y asciendes en pedazos
al cielo de la boca
para quedarte allí:
¡preludio de la gloria!

 

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