Desde el año 2001 existe este movimiento educativo, nacido en el ámbito escolar, que pretende incorporar a los Centros de Enseñanza a una cadena  progresiva de Proyectos Escolares Solidarios, con el fin de educar al alumnado en la solidaridad a través del compromiso con proyectos de cooperación al desarrollo del Tercer Mundo; abrir las fronteras de los centros a otras realidades culturales, promover una comparación instructiva con otras culturas e intercambiar amistad, información y correspondencia.

En el acto entrega del reconocimiento al Blas Infante, el numeroso grupo de alumnos organizadores del Mercadillo Solidario, acompañados de la directora del centro Inmaculada Gago y el Coordinador del Proyecto Sergio Palomo, así como de una amplia representación del AMPA y del Profesorado, recibieron la distinción dispuestos a colocarlo en lugar bien visible de su colegio, como testimonio de los 12 años de trabajo ilusionado e incesante.

El Mural Conmemorativo refleja cómo surgió y los objetivos de este proyecto escolar netamente alcalareño, al que el colegio Blas Infante lleva incorporado desde el año 2006. En él quedan reflejados mediante textos y fotografías las numerosas actividades de solidaridad y cooperación llevadas a cabo por los alumnos del centro desde hace 12 años, buscando siempre la ayuda al desarrollo de otros niños de países del Tercer Mundo, mediante la comparación instructiva de las ventajas que ellos disfrutan aquí y las enormes carencias de sus jóvenes amigos africanos.

El Mercadillo, que lleva el nombre la maestra jubilada Concha Delgado Noriega, antigua profesora del mismo, resultó una fiesta de participación por el incesante ir y venir de padres, familiares, profesores y alumnos.

Concha Delgado insistió en que son los colegios adscritos los verdaderos actores y protagonistas de este movimiento escolar alcalareño. Son los alumnos, sus profesores, padres y madres, quienes sostienen año tras año este proyecto educativo, que pretende cultivar en los jóvenes los valores de la solidaridad, la cooperación y la responsabilidad hacia otros niños sin oportunidades, ya que los derechos de niños no pueden tener fronteras. 

Con el lema "ningún niño sin su escuela" este centro ayuda a la escuelita rural de la aldea de Kpanbanzipiou desde el año 2006, con una creatividad profesional y un empuje ejemplar y digno de todo elogio.