La obra, según fuentes municipales, afectará únicamente a esta zona. Es decir no se modificará la plaza de albero. La intervención se lleva a cabo como parte de la mejora de las redes de saneamiento de la zona que incluye la actual actuación en la calle Herrero y que continuará por la calle Orellana.

Pero además de colocar nuevas canalizaciones se reurbanizará la zona de la plaza más próxima al templo, el carril de circulación actual y las dos aceras correspondientes. Aunque el Ayuntamiento no ha ofrecido información sobre la reforma urbanística y se limita a citar las obras de canalizaciones, un técnico del Ayuntamiento, explica que la intención es dar a este espacio una estética similar a la de la calle Pescadería, La Plazuela o la Plaza del Duque. Es decir se sustituirán los adoquines y el actual acerado por losas grises. Todo quedará al mismo nivel, es decir, sin diferenciación de nivel entre el espacio peatonal y el de circulación, tal y como ocurre en la calle Pescadería.

En Semana Santa se colocaron losas nuevas iguales a las que existen ahora para ampliar la acera. Ahora volverán a retirarse.

La regulación del tráfico en la zona se hará por fases. Cuando se abra la calle Herrero se cortará la circulación por la zona exterior de la plaza (desde la antigua comisaría hasta la Tesorería General de la Seguridad Social) y el tráfico se desviará por la zona interior de la plaza, que ya estaría reformada, y por la calle Santiago para darle salida hacia Sevilla.

La obra del interior de la Plaza del Derribo se realizará para dejar acceso de entrada y salida a los vecinos de la calle Sánchez Perrier y a los residentes en el barrio de San Miguel que usan esta vía como acceso más próximo en vehículo a sus viviendas.

La intervención en la zona exterior de la plaza del Derribo comenzará, según el Ayuntamiento a mediados de octubre. Quedará una tercera fase que irá desde la Tesorería de la Seguridad Social hasta el cambio de rasante de la calle Orellana.