Tras conocer que el informe definitivo fija como causa de la muerte, la inhalación de  fosfina  procedente de unos tapones de envases que la familia almacenaba en un cuarto de baño de la vivienda, la Defensora del Paciente ha manifestado que “nadie puede morir en esas condiciones y que Asuntos Sociales de las Consejerías no hagan nada”.

Carmen Flores ha insistido en una nota en que se lleve a cabo la investigación que reclamó en su día, ya que según considera “desgraciadamente teníamos razón ya que, aunque no haya sido por la comida, sí lo ha sido por poder mantenerse, es decir cogiendo tapones para venderlos y poder así comer y vivir de forma  alguna lo que ha llevado a su familia a la muerte, excepto uno de ellos”, insiste en la carta enviada al fiscal.

El Instituto Nacional de Toxicología ha entregado al Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 2 de Alcalá de Guadaíra su informe definitivo sobre la causa de la muerte del matrimonio compuesto por Enrique Caño, de 61 años de edad, y Concepción Bautista, de 50 años, y una hija de 14 años.