Pero en cualquier caso, la reanudación de las obras en 2015, con la intención de acabarlas en 2016 queda descartada y el proyecto tendrá que seguir esperando. Hay que recordar que el coste total de su finalización ronda los 80 millones de euros, según las estimaciones de la propia Consejería de Fomento.

La falta de partidas para el tranvía contradice la proposición no de ley aprobada en el Parlamento por todos los grupos políticos en la que se instaba al Gobierno andaluz a retomar las obras y acabarlas en 2016. También contrasta con las manifestaciones de la delegada territorial de Fomento, Granada Santos, en las que calificaba esta obra de “prioritaria”, tras mantener un encuentro con los representantes de FICA.

La única posibilidad para el tranvía de Alcalá, a corto plazo está ahora en las conversaciones que mantiene el alcalde de la localidad, Gutiérrez Limones y la consejería de Fomento con la empresa gestora del Metro de Sevilla, Globalvia. Se trataría de establecer una fórmula de colaboración público-privada para terminar las obras y que dicha empresa se hiciera cargo de su explotación. Pero hasta ahora no hay acuerdo entre las partes.

El futuro del tranvía de Alcalá, a pesar de esta ejecutado al 80 por ciento, sigue en el aire, mientras las infraestructuras construidas sufren robos y vandalismos que destrozan lo ya construido. Para la Junta las prioridades de este ejercicio presupuestario son los carriles bici y obras como el Metro de Málaga y el de Granada o la autovía del Olivar en Jaén.