La operación consiste en la marcha de Limones al congreso de los diputados tras las elecciones generales del próximo mes de diciembre. Las normas del PSOE hacen incompatibles los cargos de alcalde y diputado, por lo que Limones debería presentar su renuncia como alcalde. Para sustituirle hay dos opciones. Las números 2 y 3 de la lista socialista en las últimas elecciones: Miriam Burgos y Ana Isabel Jiménez, respectivamente. Cada una de ellas candidata preferida por un sector del PSOE local.

El proceso está en marcha. Las asambleas locales han propuesto los nombres de los representantes socialistas para el Congreso y el Senado. Limones es uno de los nombres que ha recibido más apoyos  en dichas asambleas, por lo que la dirección del partido está habilitada para incluirlo en uno de los primeros puestos. En las pasadas elecciones el PSOE logró seis diputados por Sevilla y para Limones se baraja colocarlo en el puesto de la lista, por lo que con casi total seguridad lograría el escaño.

La dirección provincial del PSOE tiene ahora que configurar la lista definitiva, donde también parece claro que figurará en primer lugar Antonio Pradas y la elevará a la Ejecutiva Provincial y al Comité Provincial para su aprobación definitiva. El proceso finalizará el viernes de esta semana.

La posible marcha de Limones abre el debate sucesorio en Alcalá. Hay dos nombres. El sector oficialista de la agrupación local del PSOE apuesta por Miriam Burgos, persona de confianza del propio Limones, al que ha acompañado en puestos de responsabilidad durante el mandato anterior. El sector crítico a Limones se inclina por Ana Isabel Jiménez. Todo hace indicar que la dirección provincial apoyará esta última opción. Jiménez es persona cercana a Susana Díaz, que la incluyó en la ejecutiva provincial del PSOE, cuando salió elegida secretaria general del partido en Sevilla, tras derrotar precisamente a Gutiérrez Limones. Ana Isabel Jiménez es además diputada provincial.

Pero aunque el PSOE complete toda la “operación salida” de Limones, queda un elemento que no puede controlar. En caso de cambio de alcalde, debe reunirse el Pleno municipal y se debe volver a votar al alcalde con las mismas condiciones que en la sesión de investidura. Es decir, si existe un candidato con mayoría absoluta (13 votos) sale elegido, pero si no resulta alcalde el que logró el mayor número de votos en las elecciones. De esta forma, la oposición tendría la opción de consensuar un candidato, darle la mayoría absoluta en la votación y desbancar al PSOE del gobierno.