José Martín Vega, Pepe para todos, fue durante muchos años presidente del Centro de Mayores Luis Velázquez Peña, que él puso en marcha, facilitando la convivencia entre las personas mayores y propiciando la participación activa, la relación personal y la integración social mediante la realización de actividades socio-culturales, lúdicas y recreativas, ofreciendo también servicios básicos de información, orientación y atención social.

Pepe era una persona deseosa de saber, no se conformaba con quedarse en la orilla de los conceptos, él quería profundizar. Y aplicaba cuanto aprendía desde su dilatada experiencia vital. Tuve la suerte de tenerles como alumnos, a él y a su mujer, Conchita, en el Aula Abierta de Mayores de la UPO en Alcalá de Guadaíra (impartíamos las clases en el IES Cristóbal de Monroy). Pepe obtuvo el premio al mérito académico de la primera promoción, que otorgaba la Asociación Alcalá, Cultura y Sociedad.

Se ganó el respeto, valoración y afecto de cuantos le conocimos, pues su inquietud le llevaba a no conformarse y disfrutar de una placentera jubilación en el sofá, pendiente de “la caja tonta”, sino que por el contrario junto con un grupo de mayores activos, fundó ASALVOMAC (Asociación Alcalareña de Voluntarios Mayores Activos), la primera Asociación de voluntarios mayores en el municipio, que fomenta el voluntariado entre personas mayores rompiendo estereotipos mediante el lema “Contigo y tu tiempo libre podremos hacer muchísimo”. Gracias a este grupo de alcalareños y alcalareñas, los jubilados, pensionistas y mayores que tienen interés por la solidaridad y el voluntariado, tienen en esta asociación una alternativa, donde seguir siendo útiles a la sociedad.

Como dijo el Padre Adrián Sanabria en el funeral, Pepe era una buena persona, y su familia tiene ese orgullo: saber que cuantos lo conocieron, decían lo mismo sobre él. Como dijo el Papa Juan Pablo II, al visitar Sevilla, recordando las conocidas sevillanas: “algo se muere en el alma cuando un amigo se va”. Cierto, pero Pepe queda en nuestro recuerdo, en nuestros corazones, y no se va, sino que Jesús le tiene reservadas otras misiones.

Descanse en paz.