La historia del órgano arranca en los primeros meses del año 2014, cuando Manuel Ángel Cano, coadjutor de la Parroquia de Santiago, sacerdote trinitario, músico y organista, comentaba con Joaquín Bono Caraballo, la posibilidad de conseguir un órgano para la parroquia. Entonces era sólo un sueño o una ilusión, más que un proyecto razonablemente alcanzable. Pero ambos comenzaron a buscar órganos por toda Europa contando para ello con la ayuda del organista sevillano  Jesús Sampedro Muñoz.

En febrero del año pasado encuentran el órgano que puede servir para Alcalá. La ilusión se redobla y el sueño parece que comienza a tomar forma. En la localidad escocesa de Blairgowrie se vendía un órgano, instalado y en funcionamiento. La iglesia metodista de Riverside en la que se ubicaba iba a cerrar y lo ponía en venta. De hecho se vendía incluso la iglesia. Se trataba de un órgano romántico construido en 1870 por el organero Peter Conacher para otra iglesia de la misma localidad escocesa, Hill Church, desde la que se trasladó en 1915 por el organero Albert Keates, de Sheffiel.

Era una oportunidad única, por lo que se cerró la compra para cederlo a la parroquia. Pero quedaba, un “pequeño” problema. Había que traerlo desde Escocia hasta Alcalá. Para ello se reclutó un grupo de alcalareños que viajó hasta donde estaba el órgano. Una expedición formada por Joaquín Bono, sus hermanos Francisco y Antonio, su primo Rogelio Caraballo y su amigo José Antonio Rico. Hasta allí partieron en fechas de la Feria de Sevilla y al llegar encontraron un espléndido instrumente que estaba en perfecto uso. El trabajo de aquellos días no fue poco en lo físico y en la minuciosidad que requería el desmontaje. La aventura concluyó el 28 de abril con la llegada a Alcalá en un tráiler de grandes dimensiones.

Pero aún quedaba el complicado trabajo de instalación en el coro alto de la iglesia de Santiago. Durante meses, un grupo de voluntarios, se aplicó en el montaje de las piezas, para lo que además fue necesaria la construcción de una tarima de madera especial para esta finalidad.

Como añadido a todo ello hay que dejar constancia de que la llegada de este órgano a Santiago es además la reparación de una dolorosa circunstancia histórica. Se tiene constancia documental de la existencia de un órgano en la iglesia de Santiago en el siglo XVIII y que se perdió en el incendio de julio de 1936.

El protagonista de esta historia consta de dos teclados y pedal, así como un total de 20 registros, por lo que reúne las características que lo hacen adecuado para las dimensiones de la parroquia de Santiago, donde además el órgano ha encontrado una acústica que se adapta a la perfección al instrumento.

La primera sesión en paralelo a la bendición tuvo lugar este domingo por la noche. Para ello se creó un ambiente especial en la iglesia, que se presentó iluminada tan sólo por la luz de unas velas dispuestas en tenebrarios. De fondo, en el altar mayor los titulares de la Hermandad de Jesús, ya dispuestos en el altar de cultos. El templo abarrotado de fieles conscientes de que vivirían una jornada histórica.

Se reprodujo el antiguo rito católico hecho ex profeso para la bendición de este instrumento. Tras las lecturas, el párroco de Santiago, Manuel María Roldán invoca según las fórmulas establecidas al órgano. Lo llama a despertar y el instrumento despliega sus primeros acordes, en tono bajo primero, elevándose luego. El sacerdote lo sigue llamando y le asigna sus funciones: celebrar a Jesucristo, cantar al Espíritu Santo, elevar las súplicas a María, la Madre de Jesús, traer el consuelo de la fe a los que están en pena , proclamar el amor de Dios… A todas ellas responde el órgano, entablando un diálogo con el sacerdote.

A su término, el prestigioso organista Andrés Cea Galán ofreció algunas especificaciones sobre el instrumento. Un órgano romántico, de sonidos muy dulces y gran capacidad expresiva. Una pieza que constituye una excepción prácticamente única en Andalucía, ya que su tipología es desconocida por estas tierras, de forma que aporta matices nuevos a la interpretación. Andrés Cea a continuación ofreció un concierto en el que dejó ver todas las posibilidades del órgano a través de varias piezas de diversas épocas. Y a todo ello sumó dos regalos, uno la interpretación de la marcha “Amarguras” de Font de Anta, y otro una pieza ejecutada con el acompañamiento de la Coral Polifónica de la Hermandad de Jesús Nazareno de Alcalá. La instalación de cámaras en el coro alto permitió seguir las evoluciones del organista en una proyección reralizada en el coro bajo.

La historia del órgano, que ahora seguirá escribiéndose, cuenta con la creación de una asociación sin ánimo de lucro  con la denominación  “Amigos del Órgano de Alcalá de Guadaíra”, presidida por Manuel Ángel Cano, con el objetivo de garantizar la conservación y uso del instrumento y de organizar actividades alrededor del órgano tales como conciertos o audiciones didácticas.