Tras el examen de un arquitecto se ha descartado que exista un riesgo en la estructura del techo. Está no presenta ningún riesgo. El problema está en el falso techo de escayola que cubre la nave central del templo. Una parte de las cogidas de estas placas de escayola a la estructura se roto y se ha desprendido parte de las mismas. En la época de construcción del templo los materiales con los que se hacía este tipo de falso techo no eran de muy buena calidad, lo que hace temer que haya otras partes con riesgo de desplome.

La primera actuación ha sido limitar el acceso a la nave central como medida de seguridad. La cubierta de las naves laterales es de forjado y su estado es bueno, por lo que el tránsito por ellas no tiene peligros. Esto permite que los feligreses tengan acceso a la capilla Sacramental, donde se realizarán las misas por ahora, a la capilla de la Borriquita y al altar de la Hermandad del Rocío, por lo que la vida de la parroquia seguirá adelante. 

Pero la recomendación del arquitecto que ha revisado el techo es sustituir toda la cubierta de escayola de la nave central, lo que supondría una intervención que posiblemente obligaría a cerrar el templo. La parroquia tiene una alternativa en ese caso, ya que cuenta con salones parroquiales en los que se podría mantener la actividad y al que se podrían trasladar las imágenes de culto.