La situación de las comunicaciones entre Alcalá y la capital es un problema crónico que sufren cientos de ciudadanos a diario. En los últimos tiempos, el problema había empeorado y los autobuses se mostraban claramente insuficientes para la demanda. En muchas ocasiones pasan de largo por las paradas al ir llenos hasta los topes. Esto supone que en algunas horas, llegar de Alcalá a Sevilla, apenas diez kilómetros, suponga hasta dos horas de tiempo.

Según afirman los populares, “la medida adoptada de reforzar con cinco frecuencias más las horas de más demanda no es la solución, definitiva, pero al menos supone un alivio para muchos ciudadanos y evidencia que el PP tenía razón cuando planteaba su petición”.

En el último Pleno se aprobó también a petición del PP, la mejora de la línea 123, que va de Alcalá a la Universidad Pablo de Olavide. Pero, en este caso sigue sin haber solución.  Y eso a pesar de que la situación actual está próxima al absurdo. Tras pasar de diez frecuencias diarias a sólo cuatro, muchos estudiantes de Alcalá en la Olavide han quedado desatendidos. Se ven obligados a ir a Sevilla y desde ahí tomar otro autobús o un metro que los lleve a la Olavide. Un trayecto que podría ser de unos quince minutos se convierte así en uno de dos horas, con trasbordo incluido y en muchos casos con dos medios de transporte, autobús y metro de por medio.

La solución que ha planteado el PP es la creación de una línea lanzadera entre Alcalá y la Pablo de Olavide que dé un servicio rápido y eficaz a los estudiantes y que se ajuste a sus horarios. En el último Pleno incluso se aprobó destinar una partida presupuestaria para hacer una prueba piloto de esta línea. Esta línea además permitiría su uso como medio de acceso a Sevilla, ya que los ciudadanos podrían tomarla para ir a la Olavide y en este lugar coger el metro y llegar a Sevilla, de forma que su función sería doble y beneficiaría al conjunto de los ciudadanos.