El cuadro era obra de Francisco Pacheco, autor clave del manierismo español y suegro de Velázquez, del que fue maestro. Del cuadro que estaba en Alcalá hay testimonio gráfico que permite conocer su gran calidad. La obra estaba datada en 1611 y realizada para una cofradía de caridad del Hospital de Alcalá. Muestra una composición muy original que luego siguió Veláquez en varias obras y combina una escena interior con otra exterior.

En primer plano aparece San Sebastián que se recuera de las heridas de su martirio, fue asaeteado, y por una ventana se ve su martirio. En el primer plano Santa Irene le ofrece una taza con caldo para ayudar a San Sebastián a recuperarse. La obra presidía el presbiterio del templo.