Los problemas comenzaron bien temprano, Morales decía basta en el calentamiento y con el solo quedaba un efectivo en la zaga de la teórica defensa titular. Jorge Muñoz le suplía en el perfil diestro al que tuvo que acoplarse como pudo, hacerse fuerte con el paso de los minutos y fajarse con un futbolista que apunta , el talentoso Alan al que ya siguen clubs de primera.

El Alcalá frenó a los diez minutos el ímpetu local, ganó metros y comenzó a bombardear la portería de Vichi. Gonzalo disparó en el área al joven guardameta en el primer conato del partido y luego el capitán, en su día de cumpleaños, no llegó a conectar con Rubén Rodríguez.

Una pérdida en el medio campo propició el primer acercamiento de los locales a la portería de Fernando, un regalo que aprovechó Alan llegando hasta línea de fondo y cediendo atrás para que el palaciego Misfut abriera el marcador.

No acusó el golpe el conjunto panadero que antes de que Alan golpeara el travesaño -por fuera - encontró el gol en una falta – que debió ser penalti- a Gonzalo. Lo que quizá no sabía el colegiado es que darle una falta en la frontal al capitán es como darle una pena máxima. Gonzalo la clavó en la escuadra contraria para poner las tablas.

Pudo ser mejor antes del descanso si la madera no llega a escupir el tiro lejano pero con intención de Alberto Reina o si Carlos Ávila llega a marcar en la prolongación para poner justicia a lo visto bajo la lluvia.

La segunda mitad, siguió el mismo curso, con el Alcalá dominando en busca del gol. Ese tanto llegó en el 63´tras una falta templada en tres cuartos de campo que Carlos Ávila remachó a la red para poner el éxtasis entre la decena de aficionados alcalareños. Pudo ser mejor si el colegiado llega a ver un claro penalti en el área onubense o si Gonzalo llega a acertar en un mano a mano ante Vichi tras una genial triangulación con Alberto Reina. Se entendieron los buenos, se hizo la luz.

En los últimos minutos tocó defender el resultado, justo a todas luces, corto para otras, pero que terminó con el empate de Alan. Una falta donde no se debe hacer, un balón al segundo palo y el remate del mexicano acabaron con la cruel realidad del CD Alcalá, a estas horas un punto más cerca de la salvación.