La primera originalidad está en su nombre “La cabra y la bota”. Desde luego se hace recordar, lo que supone el fin último de la bodega. Luego está su procedencia. La bodega es Pagos de Indalia, situada en Padules (Almería) en la Ribera del Andarax. Un vino almeriense, una demostración más de que con buen hacer y ganas en casi cualquier sitio se pueden hacer buenos vinos. Un caldo que extiende a un extremo de Andalucía la excelente evolución de los vinos de la comunidad.

También es original su proceso de elaboración. Parte de la uva se vendimia en mulas debido a la fuerte pendiente del terreno en el que se asientan las viñas.  Se utiliza como sistema de conducción la espaldera, para una mayor sujeción de la vegetación ante los vientos tan fuertes que se dan en esta zona.

Su elaboración se hace por gravedad, ya que se trata de una bodega construida en cuatro plantas. El vino pasa por tanto de una etapa a otra de elaboración mediante la gravedad.

Está hecho con uvas Tempranillo, Cabernet sauvignon y Syrah y el envejecimiento se hace seis meses en roble francés.

Nota de Cata:

De color vino con brillante ribete cardenalicio.
En nariz resulta rico en matices, destacan aromas de café, toffe, cacao y pasas.
La entrada en boca denota viveza y una gran intensidad en aromas dejando un final sedoso y atractivo al paladar.

Encontramos las mismas notas anteriormente descritas junto con un toque mineral y de monte mediterráneo, expresando así su procedencia en clima y suelo.