La conferencia arrancó con el origen de la imagen del Dulce Nombre, que tiene como punto de partida la destrucción en 1936 de la antigua talla de la Virgen del Águila. Ruiz Portillo describió esta última, una obra de origen fernandino, que había sido transformada en el siglo XVI hasta adoptar la imagen con la que llegó al siglo XX.

La pérdida de la imagen de la patrona puso al imaginero alcalareño, Manuel Pineda Calderón a trabajar en una nueva. Se expusieron datos sobre la bendición, fechas, precio, donantes, así como un análisis de la estilística de la Virgen y el Niño. El conferenciante prestó especial atención a dos fechas relevantes: 1938 en el que sufre un leve incendio necesitando una restauración y 1951 cuando es bendecida con su actual advocación.

A partir de aquí el discurso de Ruiz Portillo se centró en los elementos artísticos asociados a la Virgen del Dulce Nombre. Describió su ajuar con el significado de las prendas que lo componen y su inspiración en los trajes de corte de las reinas de los siglos XVI y XVII.

La capilla también fue objeto de análisis, tanto su construcción, como la decoración de todo el espacio con pinturas murales. En este apartado, el orador prestó también atención al retablo camarín y las esculturas que alberga.

En cuanto al paso pudieron verse bocetos originales de los respiraderos y la peana. Especial atención mereció este último elemento, al que Ruiz Portillo califica como “compendio de los mejor de las peanas procesionales sevillanas”. Pero también dio a conocer el significado y simbolismo de los elementos decorativos del paso como los evangelistas o las imágenes de la Virgen que aparecen en las capillas laterales.

Las insignias, cruz, faroles, bandera, estandarte y ciriales no faltaron en el análisis del conferenciante, que dedicó su disertación a los devotos de la Virgen, “auténticos artífices de todo”. La hermandad ofreció a Ruiz Portillo al término de la conferencia un cuadro recordatorio con el cartel de las glorias de este año.