El resultado final es el que buscaba la hermandad, un espacio que invita a la oración y al recogimiento. Se cumple así la finalidad que los fieles han dado a este espacio, que emplean como lugar preferente de oración en el templo. Pero también un lugar en que los titulares de la hermandad quedan resaltados y engrandecidos. La primera impresión que se recibe al entrar, de hecho, es la de la que el Cristo del Perdón aparece resaltado y engrandecido por su colocación más alta que anteriormente y por la configuración del conjunto del Calvario con la Virgen y San Juan, que ahora quedan más bajos respecto al crucificado, en una visión más natural y ajustada a la representación habitual de este pasaje.

La obra ha afectado desde los paramentos y el techo, hasta los aspectos estéticos. Los muros se han recrecido ensanchándolos, lo que ha permitido por ejemplo darle iluminación mediante un óculo lateral. Como efecto añadido la capilla gana en aislamiento respecto a ruidos exteriores. El suelo también es nuevo y se ha hecho respetando los dos enterramientos de la capilla. El techo también se ha elevado, lo que ha permitido la nueva disposición de los titulares.

Las tres imágenes quedan así sobre un fondo de mármol negro, enmarcado por una orla dorada y con decoración vegetal. Bajo ellos se dispone el Sagrario, sostenido sobre una mesa con elementos decorativos y partes doradas. En los laterales se ha dispuesto un zócalo de mármol que combina todos rojizos con negro y que le dan gran prestancia al espacio. Sobre ellos en todos burdeos, decoración de damascos.

El diseño de toda la estética del conjunto corresponde al hermano de la corporación, Claudio Hoyos y en ella han participado entre otros Manuel Cotán como dorador, Pedro Martín en las labores de carpintería, Manuel Muela que ha hecho la parte de construcción, Francisco Gutiérrez que ha confeccionado las telas y los cortinajes o Pedro Moreno, responsable de la electricidad.

La obra se ha extendido desde el 29 de junio, prácticamente hasta este sábado cuando se ha realizado la bendición en el transcurso de una misa en la que también se procedió a trasladar el Sagrario a su ubicación.

La reforma de la capilla es una vieja aspiración de la hermandad, que ahora ha podido llevarse a cabo con el apoyo del párroco y de la parroquia. Con ella, explica el hermano mayor, Alejandro Redondo, además de ofrecer mejores condiciones tanto para los fieles, como para la conservación de las imágenes, se consolida y acrecienta el carácter sacramental de la hermandad.