La cita es a las ocho y media en San Agustín para la misa de Romeros. A su término el Simpecado se entroniza en la carreta para empezar el camino, sobre la 9,15 de la mañana. La primera parada será en el colegio Salesiano, jolgorio infantil en la despedida y sevillanas en el aire de la mañana. La segunda en las Clarisas, más sevillanas que ponen acento rociero tras los muros de la clausura. Luego en las residencia de ancianos de la Milagrosa y por último en el Ayuntamiento, donde la corporación municipal despide a los romeros.

Con el paso del río Guadaíra por el puente Romano comienza el camino por los senderos. Ya pisando albero, a las doce, se reza el ángelus con la vista puesta en el Santuario de la Virgen del Águila y los romeros toman por el camino de la Retama.

El primer sesteo lo harán junto al puente del Dragón y esa noche dormirán en los Pinares de la Puebla. Cruzarán el Quema el jueves por la tarde y dormirán en Villamanrique ese día.  La jornada siguiente la pernocta será en la parada de Palacio. La llegada al Rocío el sábado por la mañana y la presentación en la tarde de ese mismo día.