Opinión - 16/06/2015
"Motivos para el fracaso del pacto". Alberto Mallado
Autor:
Alberto Mallado

 

Desde que se conociera los resultados electorales hasta el Pleno de Investidura, Alcalá ha vivido los días más complejos desde el punto de vista político de su historia. La negociaciones desarrolladas por la oposición para configurar un gobierno alternativo al del PSOE han inflamado la calle y las redes sociales de opiniones, comentarios y teorías que tras el fracaso de las negociaciones y la continuidad de Gutiérrez Limones al frente del Ayuntamiento se han inclinado a buscar la causa por la que no ha fraguado el pacto y la responsabilidad de ello.

No hay una sola causa, no valen las visiones simplistas. No hay un solo culpable. Los cinco partidos implicados tienen parte de culpa. Todos, aunque posiblemente, unos más que otros.Visto en conjunto estamos ante un fracaso colectivo de los partidos de la oposición. No han sido capaces de ponerse de acuerdo. Y llegar a acuerdos es la base de la política.

No quiero pontificar, tampoco tengo todos los elementos de juicio, nadie los tiene. Los ciudadanos deberán juzgar. Para ello Guadaíra Información ha intentado exponer toda la información posible durante la negociación y después de la investidura, con la intención de que sean sus propios lectores quienes lleguen a una conclusión. Para ayudar a ello, intento exponer algunas cuestiones más, una lista de motivos, que no serán los únicos, por los que no ha sido posible el pacto de la oposición.

-          Las líneas rojas. Si la situación de partida era ya complicada para afrontar una negociación (PP, 5; Podemos 4; IU-AA, 3; PA, 2 y Ciudadanos 2) , las primeras líneas rojas mostradas por los partidos la complicaban aún más. Ni IU ni Podemos pondrían nunca un alcalde del PP, que era la fuerza más votada. Aún así, se salvó el escollo al renunciar a que su líder Rodríguez Hornillo fuera la alcaldesa.

-          La actitud en la negociación de Podemos. El planteamiento de esta formación y su forma de negociar consiguió irritar a todos. Partió de una posición y no se movió: Jessica Garrote debía ser alcaldesa, aunque sabían que el resto de partidos no veían con buenos ojos esta opción. Tampoco entrarían en ningún caso en un gobierno con el PP. No negociaron. Nunca retrocedieron, salvo al final, en la asamblea, cuando posiblemente ya era tarde.

-          La desconfianza hacia Podemos. El resto de partidos siempre mostró cierta desconfianza a Podemos. Pensaban que no enseñaban todas las cartas, algunos incluso barajaban la posibilidad de que tuvieran un pacto oculto con el PSOE. Cuando descubrieron que uno de los miembros de Podemos se había dedicado a grabar todas las conversaciones mantenidas sin pedir permiso, la desconfianza subió al grado de indignación. La celebración de la asamblea decisoria el viernes, apurando los plazos tampoco ayudó a generar confianza. ¿No pudo hacerse antes?

-          El papel de Ciudadanos. La cronología parece suficiente para explicarlo. El día 9 se reúnen con PP, PA, IU y Podemos. Se emite un comunicado conjunto en el que se dice que PP, PA, IU y Ciudadanos trabajan en la creación de un gobierno de consenso. El día 10 se reúnen con el PSOE. El día 12, Ciudadanos emite un comunicado diciendo que no está en ningún pacto político y piden, cuatro días después, a PP, PA e IU que rectifiquen y digan que no han pactado con ellos. El día 13, apoyan a Limones en su investidura. En el Pleno no intervienen.

-          La ruptura precipitada del bloque PP-IU-PA. Los tres partidos habían configurado un bloque conjunto con una candidata de consenso, María Fernández de IU. Pero el bloque se rompe el viernes por la tarde. Lo dan por perdido demasiado pronto. Este tipo de negociaciones se extienden hasta el minuto final. Y además quedaba una asamblea de Podemos por celebrarse.

-          La aparición del PP de Sevilla. El error anterior complica aún más la cosa. La dirección del PP de Sevilla pregunta. No hay acuerdo, le dicen y se lanza a aprovecharlo. Emite una nota de prensa, sin que el PP de Alcalá lo supiera, en la que dicen que la formación alcalareña permitirá el gobierno de Limones. Eso da inseguridad a la asamblea de Podemos que debía celebrarse acerca de la posibilidad de un acuerdo. Pero este escollo también se salva, el PP se muestra dispuesto a no acatar la decisión de Sevilla. En la asamblea de Podemos el sentir es mayoritario, pacto para derribar a Limones. Demuestran más flexibilidad que sus concejales, empeñados hasta última hora en que Jessica Garrote fuera alcaldesa o nada. La asamblea deja incluso abierta dos posibilidades, apoyar a María Fernández o a Lola Aquino.

-          El fracaso de la opción de Lola Aquino para la alcaldía. En ese momento se intenta rearmar el pacto, ya de madrugada. Se baraja como opción para la alcaldía Lola Aquino con el apoyo de todos.  Esta posibilidad que llegó a contemplarse, no cuaja. Confieso que desconozco el motivo.

-          El miedo al día después. Las negociaciones se habían centrado en la investidura, es decir en llegar al Gobierno y en poner una alcaldesa. Pero después de ella es necesario ponerse a gobernar. Sea como fuere iba a ser complicado, pero el anuncio de Podemos de que no iba a entrar en el gobierno, era visto por el resto de partidos como un problema añadido. Si estaban fuera del gobierno podían bloquear sus decisiones sumando sus votos a los del PSOE (véase aquí el punto: La desconfianza hacia Podemos).

Todo ello se traduce en una votación final rocambolesca: el PP se vota a sí mismo, IU y Podemos votan al PA y el PA no se vota a sí mismo, sino que da sus votos a IU. Y en un resultado, el PSOE retiene el gobierno que ostenta desde hace 37 años y Gutiérrez Limones sigue en el despacho de alcalde que ocupa desde hace 20 años. 

 

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