Junto a las instalaciones de Alcalá, la firma también despedirá a 258 empleados de Alcalá de Henares (Madrid). En este caso cesará la actividad de porcelanas sanitarias, si bien mantendrá  la producción de bañeras y la actividad logística.

El golpe para la economía de Alcalá y de las localidades del entorno no se limita solo a los empleos directos, sino que afecta también a otros 500 empleos indirectos vinculados a la empresa, según la estimación de CC.OO. La comunicación a los trabajadores tuvo lugar ayer mismo y causó estupor en muchos de ellos  puesto que entendían que el Ere en el que actualmente está inmersa la empresa permitiría mantener el empleo al menos hasta enero de 2013, fecha de finalización del mismo. El comité de empresa explica que el pasado día 12 mantuvieron una reunión en Barcelona con la dirección general de la firma en la que les aseguraron que la factoría alcalareña tenía carga de trabajo y no les contaron nada relativo al cierre de la planta. Entienden por ello que "se trata de una estrategia  planeada".

La dirección de la empresa argumenta el cierre de la planta alcalareña en la caída las ventas unitarias de porcelana que cifra en un 41% desde 2009 y un 68% desde 2006. Según afirman la producción actual de las plantas de España no alcanza el 30% de su capacidad total. Las estimaciones que hace Roca para 2013 son que la cifra total de unidades producidas duplicaría a la de unidades vendidas.

Para los sindicatos el cierre no está justificado, puesto que según afirma Francisco Santiago Sierra, representante de CC.OO. el grupo empresarial tiene beneficios y mantiene una línea expansiva en otros países. En este sentido cita la inversión de 35 millones de euros realizada en este año en una nueva planta en Brasil. Según el sindicalista, "la estrategia de esta empresa responde a una política del pelotazo, facilitada por la reforma laboral y el abaratamiento del despido".

El comité de empresa además ha pedido en diversas ocasiones conocer los volúmenes de producción y de stock, así como la cifra de las piezas que entran desde fuera en España, sin embargo, afirman que no han logrado acceder a estos datos.

La intención del Comité de Empresa es no negociar condiciones de despidos o compensaciones, sino que anuncia su intención de luchar por el mantenimiento todo el empleo actual.

Para los trabajadores se plantea una situación muy complicada, la plantilla es mayoritariamente joven, con una media de edad de 42 años, por lo que en muy pocos casos cabe la posibilidad de prejubilaciones. Pero además al estar inmersos en un Ere que entró en vigor en 2010, ya han consumido un año de la prestación por desempleo que les correspondería.

Desde 2006, la empresa ha solicitado varios expedientes de suspensión de empleo  para adecuar su producción al descenso de las ventas por la caída del sector de la construcción. A finales de 2009 solicitó un expediente de extinción de empleo para 713 empleados, si bien la Dirección General de Trabajo aprobó finalmente un expediente de regulación de empleo de 504 trabajadores. De ellos unos 200 eran de la planta de Alcalá.

Según la empresa, el Ere actualmente vigente contemplaba unos escenarios de recuperación de la economía y del sector que, “lejos de cumplirse, han ido empeorando en la totalidad de indicadores”. Por ello estima que “persistir en la adopción de medidas temporales como son los Eres de suspensión no tiene desafortunadamente ningún sentido y, por el contrario, siendo un coste improductivo, amenaza las posibilidades de que la compañía  se desarrolle en un entorno tan complejo”.

La empresa Roca ya cerró a finales de 2009 la planta que tenía en Bellavista y que también se dedicaba a la fabricación de sanitarios. De hecho alrededor de 40 trabajadores de estas instalaciones están actualmente en la fábrica de Alcalá.

Por su parte, el alcalde de Alcalá de Guadaíra, Antonio Gutiérrez Limones, instó ayer a la dirección de la empresa a que negocie con los trabajadores la búsqueda de alternativas al cierre de la fábrica. Limones se mostró consciente de que esta decisión “supondrá un duro golpe para la economía del municipio” y ha planteado a la dirección la necesidad de un plan de viabilidad y de una negociación con el comité de empresa para “impulsar medidas de recuperación que no sean simplemente la eliminación de puestos de trabajo”.

La intención de los representantes sindicales es en primer lugar frenar el periodo de consulta, que es el plazo del que disponen para asesorarse antes de iniciar la negociación y que finalizaría el 16 de enero. Entienden que las fechas navideñas complican esta labor y además hay trabajadores que no están en su puesto de trabajo debido al Ere en el que está inmersa la empresa.