Los culpables de la mayor parte del reparto son el Mayordomo y el Teniente Hermano Mayor del Rosario, Manuel Segura y Luis Carlos Ruiz. Ellos fueron a la administración y eligieron el número. Sin mucha parafernalaria, explican. "Ese mismo". Para el responsable de la administración de lotería, Rafael Rodríguez, es su primer premio en el sorteo de Navidad, aunque su establecimiento lleva diez años abierto.

Los números fríos dicen que en Alcalá se han 5.400.000 euros. Los ritos se cumplieron ayer en la administración Silos, champán, cartel con el número, lágrimas y abrazos. E incluso la coincidencia puso a la Banda de Música del Soberano Poder en el sitio para ambientar aún más la fiesta. Venía acompañando a la cabalgata del barrio en una recogida de alimentos. El reparto no ha podido ser más equitativo, prácticamente todos los agraciados llevaban un único décimo. Sólo unos pocos un par de ellos y el que más tenía había comprado cuatro. También los había incluso más repartidos uno o dos décimos para varios. Uno a medias con un amigo. Dos para el grupo de bordadoras de la Hermandad del Rosario, dos para el grupo de amigas de Maruja Platero.

Así que alegría democrática en el barrio Silos y en la Casa Hermandad del Rosario en la callejuela del Carmen. Pero también en otros sitios que los hermanos del Rosario establecieron como puntos de venta, sobre todo bares: La Centenaria, la Taberna de Mario, Garvi, Nueva Florida. E incluso algunos han ido a parar fuera, a Sevilla o a La Puebla de Cazalla.

Pero tras ellos queda el verdadero balance final del golpe de suerte, el que cuentan uno a uno los agraciados, algunos a voces, otros en voz baja, unos riendo, otros llorando. 

Es curioso el efecto de la suerte y el dinero. Si se combinan con un Ere como en el caso de un trabajador que sufre el de una empresa de cerrojos provoca lágrimas. Si se combina con las lágrimas que lleva derramadas desde hace dos días la mujer de otro trabajador de Roca que hace que se quedará en la calle, el dinero secan el lagrimar y provoca una sonrisa.

Si el dinero va a un padre que tiene a un hijo en paro desde hace cuatro años, causa una candorosa sonrisa y una cara de alivio que certifica que allí, frente a la administración de la calle Silos está el hombre más feliz del mundo en ese momento.

Si la suerte va a parar a una madre que ha visto como su marido se ha quedado en para hace meses y que ha tenido que gastarse el dinero que tenían ahorrado para la comunión de su hija. Aquí el dinero provoca locura, abrazos compulsivos a su hija y pone a la mente a pensar en una celebración a lo grande.

Si el dinero cae en una hermandad como en este caso, se empiezan a vislumbrar estrenos. Se atisba el final de los proyectos en los que está embarcada la corporación. Acabar el retablo para su capilla o adelantar la realización del nuevo apostolado del  Misterio de la Oración en el Huerto. Este año llega la primera imagen, San Juan Evangelista. Las otras dos tardarán menos seguramente. La Hermandad directamente se quedó con dos décimos. Pero su hermano mayor, Manuel Vicente Gómez, que desde su farmacia de la calle Mairena ha repartido muchos décimos, afirma que su intención es que la lotería llegue a todos los hermanos de la Hermandad, les haya tocado o no. En su mente está ya abaratar la papeleta de sitio por ejemplo o atender a los hermanos que más lo necesiten. También habrá algo para instituciones benéficas de la ciudad. Algunas ya ha sido agraciadas, mediante el regalo de un décimo: la residencia de La Milagrosa, regentada por las Hijas de la Caridad o el Colegio Salesiano.

La aspiración del hermano mayor es repartir algo tan volátil y caprichoso como la suerte, que va donde quiere y que cuando se obstina lograr posarse donde le apetece. Un ejemplo, pocos días antes del sorteo, cuando ya se habían acabado los décimos en la Hermandad, un miembro de la Junta de Gobierno, Enrique Ruiz tuvo que ir a por más. Tenía varios encargos. Uno de ellos era de una persona que se había enterado de que una señora que llevaba décadas jugando la lotería de la Hermandad no podría hacerlo este año por problemas económicos. Ahora la suerte, que debió empeñarse en que le tocara a ella, la ha tocado con 6.000 euros.

La suerte pasa y alivia a una ciudad que esta misma semana vio como el cierre de la fábrica de Roca dejó a 228 familias sin Navidad. Pero queda la realidad. Ayer era el día que varias hermandades destinan a recoger alimentos entre su feligresía para ayudar a los más necesitados. La gente del Rosario supo que les había tocado justo antes de iniciar la recogida, pero siguieron con ella y pospusieron el "cumplimiento del deber" a la fiesta. A mediodía, junto a los premiados, había en la Casa Hermandad una mesa llena de bolsas de alimentos.