Pepe sufría una grave dolencia desde hace años, que él había ido superando haciendo gala de un ánimo admirable. En los últimos meses se había agravado y desde hace unos días estaba ingresado en el Hospital el Tomillar, donde ha fallecido. Tenía mujer y dos hijas.

Era una persona muy conocida y estimada en Alcalá. Sobre todo por su labor de editor. Creó y mantuvo en un nivel altísimo de calidad la revista Escaparate, en la que él hacía todas las labores, desde buscar la financiación a través de la publicidad, hasta diseñarla. En esa publicación ha aglutinado un enorme e impagable conjunto de artículos de firmas de primer nivel, presentados con una cuidada edición y que con clave para entender la historia y la identidad de Alcalá.

Además editó otras publicaciones como la revista del Consejo de Hermandades y Cofradías o boletines de las cofradías alcalareñas. También se encargó de componer un gran número de obras literarias.

Vinculado siempre al mundo de la publicidad ha trabajado para emisoras de radio, como Los 40 principales, Cadena Dial o Antena 3 televisiones locales, para los periódicos Alcalá Semanal y La Voz de Alcalá. Y en 1990 puso en marcha la gesta editorial de la revista Escaparate que ha llegado a convertirse en la heredera de las revistas literarias de principios y mediados del siglo pasado.

Cercano siempre también al periodismo, desde que lo vivió de cerca en su casa. Su padre José Ordóñez Romero era funcionario del Ayuntamiento pero además era corresponsal en Alcalá de ABC y de El Correo de Andalucía, así como de las emisoras La Voz del Guadalquivir y Radio Sevilla.

El 22 de junio un grupo de amigos le tributó un homenaje en Zambra. Fue un acto entrañable. Pepe se desvivió para dar las gracias en ese acto. Era tremendamente agradecido, tanto que no quedó conforme y en los días siguientes, cuando la enfermedad le ofrecía algo de tregua fue llamando a los asistentes para que acudieran a su casa a darles las gracias personalmente.  

Pepe Ordóñez ha sido una parte clave de la Alcalá de las últimas décadas. Su estampa a lomos de su vespino con el transportín lleno de revistas y papeles está en el ideario colectivo de la ciudad y lo definen como un hombre entregado a su oficio. Amaba lo que hacía y lo llevaba a cabo con una vocación que iba mucho más allá de la búsqueda del sustento. El cuidado que dispensaba a los autores de sus publicaciones era exquisito. Estaba orgulloso de su revista y lo hacía con motivo, pero sin alardes. Ha hecho mucho, muchísimo por la cultura de Alcalá la ciudad a la que amaba y a la que entregó su trabajo hasta el último día. Lo ha hecho todo con sus propios medios, sin ninguna ayuda pública. Siempre con una sonrisa, con un buen humor inquebrantable hasta en los momentos más duros. Y el buen humor es atributo indispensable de los hombres buenos. Él lo era.

Siempre le estaré agradecido, me ofreció la posibilidad de publicar en su revista cuando apenas empezaba en este oficio de juntar letras. Luego siguieron muchas colaboraciones. Me daba el privilegio de escribir de lo que quisiera y ponderaba el mérito de mis trabajos muy por encima de su valor real. Mi firma en la revista Escaparte es motivo de orgullo. Dejó en mí la enseñanza del gusto por el trabajo bien hecho y el ejemplo de la ilusión por el oficio. Hoy que se ha ido me deja el recuerdo de quien me brindó una ayuda inestimable sin pedir nada a cambio y de un amigo entrañable.

Descanse en paz y brille para él la luz de Dios.

El funeral será a las 19 horas en la iglesia de San Sebastián