Con este principio, el curso pasado nació el “Huerto de la Alegría”, el cual no solo da frutos sabrosos y saludables, sino que fomenta los valores humanos más nobles y otras tantas virtudes aplicables a la vida diaria.

Tanto es así, que todo en el huerto es una cadena de favores donde todos tienen su sitio. Comienza con los más pequeños de Primaria con plantaciones y análisis previo de todo el lugar donde se harán las mismas. Acompañados y supervisados por los mayores de Educación Secundaria, cebollas, pimientos, berenjenas y lechugas van creciendo en la tierra previamente movida y acomodada.

A continuación, les toca el turno a los mayores de 4º, 5º y 6º de Primaria y Secundaria, ellos le ponen todo el color al jardín, plantando flores de primavera, así y junto a otras tantas aromáticas y medicinales, crece la alegría día tras día en nuestro huerto.

Si nos asomamos al pasillo, los pequeños de Infantil se preparan para reír en el huerto, regando y manteniendo viva la semilla que intenta germinar todos los días en sus macetas y maceteros.

Una vez está toda la estructura montada, Educación Secundaria toma muestras de sus frutas, verduras y hortalizas para seguir aprendiendo y estudiando sobre ADN, conservación, necesidades del huerto y así el ciclo comienza de nuevo, fomentando el trabajo cooperativo para que todo marche sobre ruedas.

En este bonito lugar del Centro, se desarrollan y fomentan valores como compañerismo, amistad, respeto a la naturaleza y empatía. Todo englobado dentro de un proyecto educativo referente, denominado #MiColegio3.0, que intenta ofrecer a todos los jóvenes del Centro la mejor educación posible, con humildad y constancia.