Carmen Chofre García nace en Sevilla el 22 de noviembre de 1979. Es licenciada en Bellas Artes por la Facultad de Sevilla, escogiendo como especialidad Pintura (1997 – 2002). Posteriormente realiza un Máster en Artes Gráficas y Diseño Gráfico Editorial en la Universidad Politécnica de Valencia (curso 2002- 2003). Actualmente trabaja como profesora de dibujo en la Escuela de Arte de Jerez de la Frontera, Cádiz. Ha realizado numerosas exposiciones en galerías e instituciones de Sevilla, Valencia, Madrid, Granada o Jerez, entre otros lugares. Sus obras se pueden encontrar en entidades como la Fundación Ramón Areces, la Fundación Caja de Ávila, La Diputación de Guadalajara o Aeropuerto de Madrid Barajas. La obra de Carmen Chofre se centra principalmente en la figura humana, aunque en ocasiones se introduzca en el paisaje, normalmente del entorno más cercano o bien, puntualmente de lugares donde ha pasado alguna temporada, la última en Civita Castellana, Italia.

Hoy día, en plena cultura del espectáculo, encontrarnos con manifestaciones artísticas que con un susurro nos conmuevan, no es lo habitual. De ahí que la obra que realiza la pintora Carmen Chofre se nos antoja como una rara avis en el elenco del arte actual.

De clara raigambre figurativa, tanto en el dibujo como en la pintura, Carmen demuestra una capacidad técnica mayúscula, que facilita una simbiosis perfecta entre la intención de la artista y la materia pictórica. Lejos de una simple factura fotográfica, el dominio que posee de la “mancha” la entroncan con la más alta tradición de la pintura española.

Aun así, esta increíble capacidad técnica es transcendida por un mundo absolutamente evocador, que acompaña toda la obra de esta pintora. Pues es su personalísima mirada lo que nos atrapa, haciéndonos participes de una atmósfera de quietud que consigue un tiempo en reposo…una vida en suspenso. Se sitúa así próxima a la significación etimológica de los "still leben" alemanes o las "still life inglesas".

Sus espacios mayoritariamente interiores -incluso los paisajes parecen acotarnos a un espacio íntimo a partir de sus densas atmósferas-, sus durmientes, nos revelan una mirada profundamente humana que en su sosiego nos hacen participes de un misterio, de un ensimismamiento poético que nos recuerda a la sigilosa observación de la cotidianeidad interior de un Johannes Vermeer.

Consigue así su pintura un sigilo absolutamente respetuoso con el o lo otro, un mirar sosegado e íntimo.

Tener la oportunidad de adentrarnos en el mundo de Carmen Chofre es pues una exquisitez, y es una suerte poder compartir esa atmósfera evocadora, ese misterio… esa mirada íntima de esta genial artista.