El CD Alcalá, desde hace varios años, arrastra y sigue sumido en un grave vacío institucional. Desde el último descenso a tercera división- o incluso antes- el club navega temporada a temporada, en una travesía  que no lo lleva a ninguna parte, anda perdido y subsistiendo en una categoría, que a mi entender, poco o nada le pertenece.

Las sensaciones y comentarios que gambetean en el nuevo estadio cada quince días, son las de una exasperante estanqueidad de poder- ausencia de carácter e identidad- que se refleja desde la taquilla, hasta el desolado palco, desde todos sus diferentes estamentos, hasta los escalafones inferiores. Todo marcha, sí, porque la máquina funciona, pero adolece de buenos operarios que la engrasen y resuelvan sus múltiples carencias.

Desde aquí y,como socio del club, primeramente, me gustaría-como a muchos- saber, quién o quienes manejan los hilos de ese patio sin barrer en el que se ha convertido nuestro sexagenario Alcalá. Y en segundo lugar, ya va siendo hora, de que alguien ponga los pies en el suelo y se convoquen elecciones. Que tengamos de una vez por todas, una buena directiva que diriga y tome fuertemente las riendas de nuestro perdido club de fútbol, personas de aquí, que las hay, pocas pero muy buenas; esas mismas que con su presencia domingo a domingo, salpican las gradas de nuestro estadio semi vacio. Esas que sienten tanto los colores como el escudo.También, aquellas que se fueron cansadas o aburridas de tanta negligencia y politiqueo. Con todas debemos de contar, a todas pido que se esfuercen para reflotar a nuestro equipo del astillero en el que se encuentra varado. Dejémosnos ya de cantamañanas y dirigentes fantasmas, de tanto sabio futbolístico de butaca y despacho. Ya es tiempo de reflotar la nave y empezar a sembrar en buena tierra, con el tiempo, buenas manos y constancia, llegarán los resultados.