Los viñedos de Linaje de Garsea se reparten por dos zonas. Por un lado en la comarca llamada Valdecobos, catalogado como uno de los mejores valles de la Ribera del Duero para la cría de la uva por sus condiciones. Es una zona cerrada, que sufre menos las heladas; es soleada, lo que permite la perfecta maduración de las uvas y es una zona saneada, donde las viñas apenas necesitan trato, lo que permite criarlas de forma semiecológicas. Por otro lado, la bodega cuenta con otra zona de viñas en paralelo al Duero y en el límite de Aranda del Duero.

Una prueba de su vocación por la calidad es que el Consejo Regulador permite la plantación de 4.000 cepas por hectárea y Linaje de Garsea ha limitado a 3.000 el número de cepas para mejorar el reparto de la viña y el control de la uva.

Con esta premisas la bodega da forma a sus vinos. Tanto tinto joven, como crianza, reserva y rosado.

TINTO JOVEN

Fase visual: Glicéridos, de densa y lenta lágrima. Limpios y brillantes. Capa alta y buena coloración. De color rojo rubí con importantes ribetes añiles y púrpura en menisco.

Fase olfativa: Muy aromático y frutales, con carácter vínico. Aromas a fruta negra silvestre como la mora y la grosella y algunas veces ciruela negra.

Fase gustativa: Ataque frutal pero sin dulzores, envolvente, intenso en media boca, sin despuntes. Fin de boca con recuerdos de fruta madura. Mantiene largo tiempo los recuerdos frutales.

CRIANZA

Fase visual: Glicéridos de densa y lenta lágrima. Limpios y brillantes. Capa alta y buena coloración. De color rojo picota con detalles violáceos, añiles, en menisco, juego entre madurez y juventud.

Fase olfativa: Muy aromáticos con intensa base frutal, bien ensambladas con maderas nobles de robles. Aromas a fruta negra madura, casi siempre en compota (ciruela y mora) conjugada con toques de de vainilla y canela, pero sin descartar los balsámicos, regaliz, clavo y tostados de la barrica.

Fase gustativa: Máxima expresión en boca, tánico pero sin despuntes, carnoso, sabroso, potente. Pleno de sabores, balanza entre fruta madura y roble. Persistente final y potente retronasal.

RESERVA

Fase visual: Glicéridos, de densa y lenta lágrima. Limpios y brillantes. Capa alta y buena coloración. De color rojo picota granate con destacados tejas y huidizos añiles (los mejores años).

Fase olfativa: Muy aromáticos, intensidad alta de destacada elegancia. Aromas a compota de fruta negra profundos y estables, con toques de cuero, balsámicos y recuerdos de roble.

Fase gustativa: Máxima expresión en boca. Amplio y redondo, sin despuntes, sabroso. Integrados primarios y terciarios con cierto empaque frutal de carácter ribereño que permanece tras los años. Persistente final y potente retronasal.

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