El bordador José Antonio Grande de León será el encargado de acometer la delicada restauración de la pieza que está fechada en el siglo XIX, por lo que supone en una de las piezas de bordado más valiosas de la localidad y posiblemente la más antigua.

La túnica actualmente no se encuentra en uso debido al mal estado de conservación que presenta ocasionado por la antigüedad de la pieza, que a su valor histórico y sentimental une la originalidad de una técnica que fue empleada en pocas ocasiones para los bordados por incluir piezas de cristal junto a las telas doradas. Son apreciables en ella la pérdida del terciopelo burdeos  que sustenta los bordados, literalmente desintegrado por el paso del tiempo.

Según recoge Vicente Romero Gutiérrez en su obra “Jesús de Alcalá”, la túnica fue arrojada a un pozo tras el asalto a la iglesia de Santiago en 1936. Posteriormente fue rescatada ya que una persona dio la información del lugar en el que se había arrojado bajo secreto de confesión al sacerdote  Valeriano Gutiérrez.

La restauración se acomete en el marco de la celebración del 75 aniversario de la realización de la imagen de Jesús Nazareno que se cumple el próximo año. La aportación de la Junta Auxiliar de la Hermandad y una subvención de Banca Cívica harán posible acometer la restauración de la pieza. De esta forma la entidad responde a las peticiones de las personas con cuenta en la caja que han indicado que deseaban incluir la restauración de la túnica como parte de la obra social de Banca Cívica.

Según explica Enrique Ruiz Portillo la túnica fue realizada en 1855 por las camareras de la Hermandad Josefa Cano y María Dolores Moreno. En el Cabildo de oficiales de 10 de febrero de 1856 se les felicita “por haber bordado la tunica nueva de la imagen de Jesús, por un trabajo tan largo y costoso que han ejecutado a la mayor perfección sin haber interesado un solo maravedí”. Una inscripción en el forro de la prenda lo atestigua diciendo: “Año de 1855, se bordó gratis por las directoras de la titular”.