La exposición permite hacer un recorrido por la devoción siguiendo la línea histórica que marca el patrimonio asociado a la Virgen. Como pieza central, está la recreación del antiguo paso de monte en el que la Virgen procesionaba cada Viernes Santo para subir al Calvario. Con gran fidelidad se han reproducido las andas, en las que figuran algunas de las piezas originales, junto a otras que se han recreado. Aparecen representados los horquilleros que llevaban el paso y la figura de la imagen con las piezas de bordado de principios del siglo XX, del círculo de Rodríguez Ojeda y que aún se conserva. La saya y el manto, dos obras que son joyas del bordado sevillano.

La muestra recorre luego los elementos patrimoniales que ha ido incorporando la Virgen, las ropas de su ajuar, desde las sayas o el antiguo manto bordado, hasta objetos íntimos como los pañuelos bordados. Se muestran las piezas de orfebrería, como las coronas o la peana; los antiguos varales del primer paso de la Virgen o el viejo techo de palio. Hasta llegar al esplendor de las actuales piezas que componen el palio: una representación de la candelería y las jarras, los varales adquiridos a la Hiniesta de Sevilla, el techo de palio o el manto bordado, que se muestra en una disposición peculiar y que permite valorar toda la dimensión de la obra.

Junto a estas piezas, se exhiben tres exvotos, piezas pintadas en tablillas que narran algún milagro o gracia concedida por la Virgen o por Jesús y que se colocaban en la capilla a modo de agradecimiento. Son el retrato de una forma de vivir la devoción y el testimonio de una época. La capilla de Jesús debió estar llena de ellos, aunque hasta nuestros días solo han llegado tres, que son tres joyas históricas. La Virgen del Socorro también como motivo de inspiración artística en forma de cuadros que la toman como modelo completa la exposición.

El discurso de la muestra, muy bien hilado por el comisario José Manuel Terrón, incluye también las referencias históricas sobre la imagen. Se presentan fotografías de la antigua talla salvajemente atacada en 1936; de esta obra restaurada por Pineda Calderón y que la Hermandad decidió cambiar, así como la primera fotografía que se le hizo a la Virgen actual, obra de Sebastián Santos, a su llegada a Alcalá. Se narra la historia del encargo realizado a Antonio Illanes, que hizo una imagen que la Hermandad rechazó por el parecido a la que luego sería su esposa Isabel, y que luego sería la Virgen de la Paz. Antiguas y muy valiosas imágenes por el testimonio de una época que ofrecen nos muestran a las antiguas imágenes en el Calvario y aportan la visión de conjunto del enriquecimiento patrimonial experimentado por la Hermandad.

La exposición recoge también el próximo  proyecto patrimonial, la ejecución de una toca de sobremanto bordada en oro para la Virgen que realiza actualmente José Antonio Grande de León y cuyo boceto puede verse en el Museo.

La muestra puede verse hasta el 18 de octubre.