Si se busca a Curro donde mejor puede encontrarse es aquí, concretamente en las instalaciones de Romano Antigüedades en la carretera de Dos Hermanas. Uno de los elementos que hicieron popular a Curro y donde su figura estaba recreada en 3D y de cuerpo entero fue en unas maquinitas balancín para niños. En ellos Curro de un tamaño considerable y con el logotipo de la Expo 92 en el pecho saludaba con una de sus brazos, un ala más bien, e incluso hablaba, invitando a los pequeños a subir a la atracción. En el recinto de la Cartuja había más de 300. Salieron a subasta, con otros muchos elementos de la Expo y esta empresa alcalareña los adquirió.

En este tiempo ha vendido muchos de ellos. Aún le quedan unos cien que tiene a la venta por el precio de 450 euros. Y aún funcionan. En este tiempo han salido Curros para sitios muy diversos, desde casas particulares de nostálgicos de la Expo, hasta bares donde sigue ejerciendo su función original de entretenimiento para niños, funcionando a la perfección, aunque con un precio más caro, en origen un viaje valía una moneda de cien pesetas. Uno de ellos por ejemplo fue a parar a casa del humorista Manu Sánchez, al que sus amigos se lo regalaron sabedores de que le gustaba mucho Curro. Hay otro que preside la sección infantil de la librería Término en la calle Pescadería de Alcalá y que fue protagonista en la presentación del libro “Sevilla en 80 objetos” de Manuel Jesús Roldán, ya que Curro es precisamente uno de los objetos que el autor sitúa como protagonistas de su singular historia de Sevilla. En otras ocasiones hay gente que en lugar de comprarlos los ha alquilado, para usarlos como decoración en alguna fiesta retro o como atrezzo de alguna escenografía.

Este jueves Curro volvió a ser protagonista por las calles de Sevilla. Se celebraba el 25 cumpleaños de la mascota de la Expo 92 y se organizó un desfile por el centro. Curro recorrió entre una multitud la Avenida, aclamado por cientos de personas, como en sus mejores tiempos. Como aliciente añadido a la jornada en la Plaza Nueva, Romano Antigüedades colocó varias de sus atracciones de Curro para que la gente pudiera montarse. Ahora con el precio actualizado a un euro. Las colas llegaron a la calle Sierpes.

En este almacén de antigüedades de Alcalá hay más piezas de la Expo. Alejando Rico, gestiona el negocio familiar de Roman Antigüedades, cuenta que su padre, Curro, participó en la subasta que se hizo al finalizar la muestra, la más grande celebrada nunca en España y se trajeron de allí cientos de cosas. Unas las han ido vendiendo, otras muchas permanecen allí. Tienen carteles, paneles de señalización, monolitos, bases para rótulos, postes con forma de botellas de refresco, alguno de los carritos de golf empleados para recorrer el recinto, matrículas de acceso a la Cartuja, los vasos del pabellón de Japón o una gran pañoleta metálica que estaba en la entrada. Territorio para la más pura nostalgia de un momento de esplendor en la historia de Sevilla que tuvo como emblema el extraño pájaro al que se dio por nombre Curro.