El inmueble se  encontraba en concurso de acreedores tras la quiebra de la empresa constructora.  Según explican desde la Corrala en un comunicado dicha empresa no llegó a terminar los últimos detalles de la obra, y “de hecho no han tenido nunca cédula de habitabilidad”.

Las viviendas ocupadas presentaban un importante grado de deterioro, ya que habían sido objeto de robos y vandalismos. Aún hoy carece de suministros básicos como la luz y el agua, que las familias ocupas han reclamado al Ayuntamiento de Alcalá. Esta administración accedió a colocar un punto de agua en el exterior del que se surten los habitantes de las viviendas.

Los vecinos se manifestaron este jueves en la puerta de los juzgados para mostrar a Cajasur su intención de regularizar su situación y negociar un alquiler social. Además, han aprovechado para exigir de nuevo a los organismos públicos pertinentes que se declare el Estado de Emergencia Habitacional.