Opinión - 22/08/2015
"Hasta que te encuentre". Antonio García Calderón
Autor:
Antonio García Calderón

Respirar es la demostración más palpable de que seguimos vivos. Si algo tenemos en común los seres vivos es que seguimos respirando - de momento - ,  aspirando el mismo aire espirado por otro, por nuestro vecino. El aire no entiende de clases, ni de ideologías, ni de valores catastrales; de momento no lo cobran, de momento:

 

aspira, espira;

aspira, espira;

aspira, espira;

aspira, espira.

 

Este tórrido verano irrespirable que nos azotó como penitencia de nuestros pecados primaverales – 24 de mayo y siguientes - nos ha fundido el ánimo. Del fragor de la batalla, de los dimes y diretes, de las conspiraciones por el cambio, hemos pasado al hastío del estío. Lo que venía como un Caño de aire fresco, se fue viciando por falta de ventilación.  Algunos  quisieron abrir la ventana a última hora, pero el plan ya estaba ventilado. Quedó la consolación para la oposición del aire acondicionado en doce pagas, más dietas, y abanicos para el resto con el que espantar el tedio.

 

Pero siempre acaba refrescando y esta vez el aire vino del norte, de Escocia. Hay historias que nos reconcilian con nuestros semejantes, con los que compartimos el oxígeno, que nos recuerdan que todo no está perdido.  El relato de la proeza, “Un órgano para Alcalá traído desde Escocia”,  ya lo contó Alberto Mallado en un reportaje en esta misma página por el mes de julio.  Me trajo a la memoria, por su similitud, la novela “Hasta que te encuentre” de John Irving, que narra la historia del pequeño Jack Burns en su periplo por Europa tras el rastro de su padre, Williams Burns, un joven organista de Edimburgo de vida nómada a la búsqueda de los maestros, que deja como pistas de su paso los tatuajes de partituras que sobre su cuerpo va  incorporando en cada ciudad.

 

En las dos historias hay un padre organista. En la ficción, Williams Burns va tatuando en su piel una geografía sonora de su formación musical. En la vida real, Manuel Ángel Cano se va dejando la piel con cicatrices de una geografía humana. El órgano para Alcalá es un regalo para el Padre de unos hijos agradecidos. El valor de esta acción es un acto de generosidad alimentado por un entusiasmo que podría parecer enfermizo. Desmontado en un camión, nos han traído desde la localidad de Blairgowrie, cerca de Edimburgo, este pulmón que nos dará fuelle para renovar ilusiones. Más de mil tubos esperan ser alineados en el coro alto de la iglesia de Santiago. El día que suenen, volveremos a respirar como pueblo. El aire que respiramos, el mismo que nuestro vecino, se hará música, onda sonora que martilleará en nuestros oídos  para recordarnos que unos valientes lo han traído del norte.

 

aspira, espira;

aspira, espira;

aspira, espira;

aspira, espira.

 

Agosto de 2015

 

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