La intención del Gobierno local era ceder la gestión de los impuestos al Opaef, organismo dependiente de la Diputación Provincial, pero la medida necesitaba de la aprobación del Pleno, donde quedó rechazada con los votos de la oposición.

Finalmente será personal de otros departamentos municipales quienes se trasladen a las oficinas de ARCA para realizar el trabajo. La recaudación municipal lleva prácticamente paralizad un mes, después de que finalizara el contrato con la empresa que se encargaba de esta función. Desde entonces solo seis empleados se encargan del trabajo que antes hacía 26.

Esta situación supone un problema añadido para las maltrechas arcas municipales. Hasta el punto de que el delegado de Hacienda, Salvador Escudero, planteó en el último Pleno municipal la posibilidad de dejar de pagar las nóminas a los trabajadores municipales por problemas de tesorería. Para evitar esta situación, Escudero afirma que “se están intensificando las negociaciones con las entidades bancarias para la firma de operaciones de préstamo a corto plazo que permita optimizar la situación de la tesorería municipal”.

El responsable de Hacienda asegura que  “no va a permitir que la actitud de la oposición de bloqueo a las propuestas técnicas y administrativas afecte al correcto desarrollo de los servicios que se ofrecen al ciudadano”.