Opinión - 17/01/2014
"Carta abierta al Grupo Lactalis". Álvaro Plaza
Autor:
Álvaro Plaza

Estimado grupo Lactalis.

 Tengo entendido que en 2010 desembolsó 630 millones de euros en la compra de la empresa Ebro Puleva, compañía que produce leche en una planta situada en mi pueblo, Alcalá de Guadaíra.

Recientemente han anunciado que se llevan la producción a la planta de Granada. Dejan a 70 trabajadores, parece ser que muchos de ellos mayores de cincuenta años, a merced de las prejubilaciones o la recolocación, en lo que ustedes llaman “voluntad” de mantener todo el empleo posible.

Yo cada vez comprendo menos el mundo en el que vivo, y con esa estupefacción me voy abriendo paso por la vida.

¿Por qué se van de mi pueblo?

Me dirán que es una cuestión matemática. De balances y números rojos. De arañar unas décimas de céntimos en el beneficio para que aquellos que se benefician acumulen todavía más dinero. Está claro que allá en la oficina lejana donde lo hayan decidido habrán argumentado aquello de la competitividad, de que uno no se puede dormir en los laureles y que incluso la leche con la que me tomo el cortado está regida por las malditas leyes de la oferta y la demanda y que siendo el tercer grupo lácteo del mundo, el objetivo es ser el primero y por qué no el único. Esa es la lógica del sistema, del que me trae la leche, el pan, el periódico a la puerta de mi casa. Se defenderán argumentando que no es error o negligencia suya, que ustedes sólo tratan de tapar los agujeros, que los problemas son heredaros, responsabilidad de aquellos que llevaban el timón en el pasado, a los que les pagaron estos cientos de millones de euros. Acusarán a la coyuntura, a la crisis, a las administraciones o a que la luna luce llena una vez al mes. Hasta podrían marcarse una chulería y proclamar que se trasladan porque les da la real gana, que para eso es una propiedad privada.

También sé que en parte es culpa mía, porque de algún modo estoy instalado en esta lógica insensata que inculca la quimera de que en la persecución egoísta del beneficio propio contribuyo al bienestar general y no hay más que echarle un vistazo al globo para ver cómo nos va. Y seguro que algún día de estos saldrá un almidonado picapleitos que pregonará en los informativos otra de las coartadas estrellas en estos casos: atados de pies y manos la situación era tan grave que “no cabía otra solución” y mejor ordeñar en otra parte que dejar a las vacas mustias.

Sí, lo sé. Estoy preparado para oír todas esas razones, me suenan a algo, a la Flex, a la Gillette, a Roca, es una canción a la que los alcalareños nos estamos acostumbrando.

Pero sus razones están marchitando mi pueblo y es una pena el mundo que ustedes están construyendo y que nosotros les estamos permitiendo construir porque con esas canciones lo que van a acabar consiguiendo es el silencio o una fiesta donde la música suene sólo para unos pocos.

Esa es una fiesta asquerosa, permítanme que les diga, con el asqueroso olor de la leche cuando se agría. Una fiesta a la que ustedes, hoy, están contribuyendo.

Con ese hedor a leche podrida que van a dejar en mi pueblo me despido de ustedes, es una lástima que allá tan lejos donde han tomado la decisión no les alcance la fetidez.

Yo a partir de ahora me cuidaré muy mucho de saber qué leche se le pone a mi cortado.

Y disculpen que no me haya tomado la molestia de traducir esta carta al francés, no creo que ustedes se la tomen tampoco.

 

Alvaro Plaza Salvador.

 

Esta carta abierta ha sido enviada al email del grupo Lactalis groupe.lactalis@lactalis.fr por un servidor.

Sería un sueño que el buzón se les llenase con un clamor popular y que nuestros argumentos les hiciesen reconsiderar su postura. Pero claro, eso sólo es un sueño.

© Guadaíra Información - 41500 Alcalá de Guadaíra (Sevilla) - España
Teléfono: 655 288 588 - Email: info@guadairainformacion.com � Aviso Legal