Opinión - 21/10/2014
Asiático XXI. Paco Pérez
Autor:
Francisco Pérez Caballero

Estoy abducido por Pablo Iglesias. Debo de haber visto cien o ciento cincuenta vídeos de los que hay en Youtube. Hipnótico, emocionante. Creo que el vídeo que me hizo darme cuenta de que estaba abducido por él fue el de la entrevista con Risto Mejide en Viajando con Chester. Risto le pinchaba pero a la vez le pedía calma, como domando a un potro salvaje. Me parecieron súper auténticos los dos. Puede que me estén engañando, pero y quién no. ¿Habéis visto el vídeo de Zilla Van Den Born, la chica holandesa que fingió un viaje a Asia y fue publicando fotos creadas con Photoshop en su Facebook? No es que haga falta convencernos de lo fácil que es fabricar una imagen o un vídeo falso con la tecnología actual, pero está bien que nos lo recuerden, sobre todo si es de una forma tan creativa.

Bueno, pues yo creo que no estaban mintiendo ni Risto, ni Pablo. Es sólo mi opinión personal, mi forma particular de entender el lenguaje corporal y las cosas que se dicen y las que no se dicen.

Tengo amigos de todas las inclinaciones políticas, muy fachas y muy rojos, pero además de inclinaciones políticas tienen preferencias por el cine, por el sexo, tienen una forma particular de entender la solidaridad, el bien, el mal, etc, etc, es decir, no sólo la tendencia política los define, y no sólo por esa faceta los juzgo. Al final, si los considero amigos, es porque participan en mi vida de alguna forma amigable. Algunos han sido compañeros de trabajo que me han ayudado inagotablemente, otros han sido compañeros de estudios, otros compañeros de charlas y conversaciones interminables donde cultivar eso tan necesario que es el desarrollo personal y la visión crítica del mundo. Pongo toda esta variedad sobre la mesa para expresar a continuación mi extrañeza y mi sorpresa por el extremadamente exhaustivo rasero con el que se está midiendo a Pablo Iglesias y a su proyecto político. Yo mismo lo he estado haciendo, mientras veía esos cientos de vídeos, empujado por la tendencia común de todo el mundo, hasta que me he parado un momento, quieto parao, ¿cuándo, en mi vida, he tenido yo un afán tan escrutador con ningún miembro de un partido político? Jamás. Y he votado igualmente, sabiendo mucho menos de lo que sé ahora de Pablo Iglesias y de Podemos.

En los dos meses, más o menos, que he tardado en ver todos esos vídeos, mi opinión sobre Pablo Iglesias ha fluctuado desde la emoción y admiración absolutas hasta la duda bajuna de ¿no me estará tangando este gañán? No me gustó cuando en la charla con Esperanza Aguirre lo vi grosero y prepotente. Mucho más razonable me pareció ella. Y no me gustó en un vídeo donde explica qué pasó el día que la policía mató al manifestante italiano Carlo Giuliani. Y es curioso que no me gustó por algo muy subjetivo y visceral, y es porque en esa ponencia Pablo Iglesias cuenta que él estaba por allí cerca, aunque no participando en las manifestaciones. Esa declaración me trajo a la memoria a un grupo de izquierdas que conocí en Sevilla hace quince años y que siempre me dio mucha grima porque los veía tan alejados del mundo real, tan obcecados, tan ciegos, y eso que ya hacía seis o siete años que Silvio Rodríguez había cantado "Tener no es signo de malvado / y no tener tampoco es prueba / de que acompañe la virtud". Pues saber a Pablo Iglesias por allí metido en aquel follón me trajo a la memoria aquella grima y pensé, otro obcecado.

Pero después han pesado más los vídeos donde le he visto defender con absoluta lucidez, con la postura de brazos abiertos, impostada o no, que denota apertura mental y la no necesidad de estar a la defensiva, las ideas que este siglo XXI está necesitando, la denuncia a tanto desmán y tanto ladrón de guante blanco, a tanta impunidad. Al final me ha abducido.

Y pensando en mi próximo voto pensaba, ¿a quién voy a votar, al PP, al PSOE, a IU o a Podemos? Y en mi interior, rotundamente, lo tenía claro, a Podemos. Hace veintiséis años que voto a alguno de esos partidos con mucha menos información de la que tengo ahora sobre Podemos.

Aun así me queda una duda importantísima sobre el equipo de Podemos. Pablo Iglesias me ha abducido, e Íñigo Errejón me convence bastante aunque parece menos ecuánime que Pablo Iglesias, pero ¿y los demás? No recuerdo ni sus nombres. Puedo buscarlos en Google por supuesto, pero realmente no los conozco, no he visto sus body languages, no he oído qué opinan. ¿Puede Pablo Iglesias dirigir los derroteros de España él solo? Supongo que no. ¿Y quiénes van a ser sus compañeros de proyecto, van a ser tan espectaculares como él, van a respetar todas las posturas incluso las que difieren de sus criterios?¿Quién va a ser Podemos en Alcalá? No lo sé pero me lo imagino.

Sea como fuere, creo que la puntilla que me hizo apreciar más la figura de Pablo Iglesias fue la aparición de Pedro Sánchez en los medios. No recuerdo, en los años de mi vida, a ningún político menos creíble que este hombre.

Mi mujer dice que aquí en Guangzhou hay un círculo de Podemos. Voy a investigarlo y a profundizar en el asunto, que al fin y al cabo es la única manera de tener una opinión respetable sobre cualquier tema, profundizando en él.

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